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La relatora especial de la ONU sobre agua y saneamiento instó a las autoridades de Brasil a garantizar que las comunidades más pobres del país tengan acceso a esos recursos.
Catalina de Albuquerque destacó los contrastes del país y la extrema pobreza que azotan a una parte de la población.
En ese sentido explicó que mientras que en las inmediaciones de São Paulo nueve de cada diez personas tienen garantizado el derecho al agua y al saneamiento, en el estado de Amapá solo el 5% de la población accede a esos recursos.
La relatora aplaudió que el gobierno haya aprobado un plan nacional de agua y saneamiento, que se implementará a lo largo de los próximos veinte años.
En ese sentido, subrayó que se destinarán 150.000 millones de dólares para mejorar las infraestructuras de ese sector.
Indicó que se debe prestar atención a “la situación de las personas que viven en favelas o en asentamientos”.
Alburquerque lamentó que “millones de brasileños vivan en condiciones deplorables, y que para ellos el acceso al saneamiento y a agua potable solo sea un sueño lejano”.