política
La presidente Cristina Fernández afirmó ayer que la nueva sede del secretariado general de la Unasur, inaugurada hoy en Quito, Ecuador, “tiene como destinatarias a las generaciones de jóvenes que se incorporarán a la política”.
Señaló que el edificio “representa algo más que la Unasur: representa la historia sufriente de nuestros pueblos desde la misma emancipación, y esta segunda batalla que estamos dando en este siglo XXI que es la de la independencia económica y la reconstrucción cultural de nuestras naciones”.
Acompañada sus pares de la Unasur la mandataria argentina expresó su emotivo agradecimiento a la institución por haber decidido bautizar al edificio con el nombre de Néstor Kirchner, quien, afirmó, “vino desde el sur” y “ha terminado en el centro del mundo “, la ciudad Mitad del Mundo, ubicada 15 kilómetros al norte de la capital ecuatoriana, donde se encuentra el punto que divide a los dos hemisferios del planeta.
Al iniciar su discurso, Cristina sostuvo que en esta jornada “se entremezclan en mi profundas convicciones políticas, pero también recuerdos históricos y memorables”.
“Es cierto –dijo- que hoy estamos inaugurando un magnífico edificio” pero “antes que esta construcción –advirtió- hubo otra construcción, la de hombres y mujeres que, elegidos democráticamente por sus pueblos, decidieron comenzar un tipo de construcción diferente a la de las distintas organizaciones multilaterales reconocidas hasta entonces”.
Afirmó que “fue una construcción de día a día, año a año y golpe a golpe” y aclaró que “no estoy utilizando una palabra al azar: este edificio reconoce construcciones previas como la que llevamos a cabo en la Casa de la Moneda, cuando nos reunimos los distintos mandatarios de la Unasur para parar literalmente el golpe contra nuestro compañero Evo Morales en Bolivia”.
“También –continuó- tiene construcciones previas, como cuando en Buenos Aires nos convocamos para defender el gobierno de Rafael Correa que querían derrocar por un golpe suave , no de las fuerzas armadas sino de las policiales”.
“Esta construcción –siguió- también reconoce la tarea que hicimos cuando detuvimos un enfrentamiento por la violación de la soberanía de Ecuador en Santo Domingo, acompañando a Rafael en sus justos reclamos”.