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La relatora sobre los derechos humanos y la extrema pobreza pidió hoy a los gobiernos no segregar ni castigar a los pobres con leyes que los desprotejan. En conversación con Radio Naciones Unidas, Magdalena Sepúlveda, citó como ejemplo las leyes que regulan los espacios públicos y prohíben la mendicidad, el uso de los baños públicos o el lugar y el tiempo para servir comidas de caridad.
“Todas estas leyes que regulan el espacio público y criminalizan por ejemplo la venta callejera, desprotegen más a los pobres porque cuando se ha hecho ilegal tal actividad los estamos haciendo más vulnerables a que tengan abusos por parte de terceras personas. O sea, si la policía abusa si un privado abusa, ellos no tienen dónde recurrir, porque si recurren a la policía para protección al mismo tiempo tienen miedo de que como la actividad es criminal ser penalizado”, explicó.
Por todo ello, Sepúlveda pidió a los Estados que eviten esas medidas y, en cambio, adopten otras para impedir los prejuicios contra los pobres, así como para darles los medios que les permitan salir de la miseria.