sociedad
Uno de los errores mas comunes al hablarse de Psicología del deporte es pensar que la disciplina
sólo implica a los jugadores profesionales. Pero todos los deportistas reconocidos fueron también
niños y debieron enfrentarse desde una temprana edad a las demandas de la competitividad y a
entrenamientos rigurosos. ¿Cuál es el límite entre la exigencia y el exceso de presión en el deporte
para los chicos?
Lo que comenzó como un juego o un momento determinado en la rutina donde resulta divertido
juntarse con amigos, ser parte de un equipo y disfrutar mientras se realiza una actividad física;
puede convertirse en la responsabilidad más importante en la vida del niño al tratarse de horarios
rígidos y programas de fines de semana.
Estas rutinas regulan los horarios y hábitos de toda la familia, donde ir a ver jugar a los hijos o a los
hermanos se transforma en una salida familiar, las vacaciones se programan de acuerdo al
calendario deportivo; donde los horarios para el estudio se eligen de acuerdo al deporte, y se
concurre a los cumpleaños de amigos ‘si al otro día no se juega’.
La Lic. Florean, presidente de la Asociación de Psicología del Deporte Argentina (APDA) interviene:
``Es aquí donde el diálogo entre el niño, sus familias y los entrenadores se torna fundamental. La
Psicología del Deporte busca conocer y optimizar las condiciones internas del deportista para
lograr su mayor potencial físico, técnico y mental”.
Considerar la triada: deportista-entrenador- padres es uno de los desafíos del psicólogo del
deporte, ya que tanto el entrenador como los padres son pilares esenciales en el desarrollo
deportivo de los niños o jóvenes deportistas.
“El deporte va enseñando al niño –o joven- a desenvolverse con autonomía, confianza, disciplina.
Le enseña a competir, a cooperar y a adaptarse a reglas especificas. Asimismo, le inculca el
respeto por el rival, favorece el desarrollo de la voluntad y de la autosuperación, aumenta la
tolerancia a la frustración y le otorga sus primeras experiencias tanto de fracaso como del triunfo”
explica el Mag. Marcelo Roffé, vicepresidente de APDA.
En contrapartida, el deporte puede traer aparejadas consecuencias emocionales como presión y
estrés excesivo, extenuación física, trastornos de alimentación, problemas de ansiedad, etc.
Bajo estas características es donde el límite entre la exigencia y el exceso de presión se
manifiestan de manera explícita. Al respecto, Roffé argumenta “La motivación que tiene cada
chico al comenzar un deporte es divertirse, superarse en equipo, hacer amigos. Cuando ‘ganar’
comienza a ser el mayor estímulo, el único eje de la conducta y de su entrenamiento, es cuando se
debe replantear mediante el diálogo conjunto, para qué se juega y cuales son las recompensas que
también se encuentran en juego a la hora de competir”.
Respuestas concisas a dudas puntuales.
¿Existe la presión de los niños en el deporte?
“El problema de los niños somos los adultos. Como escribimos con Fenili y Giscafré en “Mi hijo el
campeón” (Lugar editorial, 6ta edición), el cementerio del deporte está lleno de talentosos. Los
adultos los malogramos: tanto como padres para que realice nuestro propio sueño frustrado o nos
salve económicamente, como entrenadores al destruir el placer lúdico con metas altas que
apuntan al alto rendimiento. Presión tiene un significado simple: exigirle al niño más de lo que
puede dar” puntualiza Roffé.
¿Cómo le afecta competir al niño?
“Competir puede ser sano a partir de los 11 o 12 años. Antes, apoyamos la postura de un deporte
recreativo; poniendo el eje en la socialización, el aprendizaje y el disfrute más que en los
resultados. Es importante evitar especializarse en un deporte en edades donde las condiciones de
maduración no están dadas. Allí es cuando el chico se expone a riesgos físicos y psicológicos”
asegura Roffé.
¿Hay deportes recomendados según la edad de cada niño?
El Lic Javier Vila de APDA responde: “Desconozco si hay investigaciones que pongan de manifiesto
qué Deporte es mejor según la edad. Lo importante es que se elija acorde a las capacidades físicas.
En mi experiencia, suelo observar deportistas de 16 años que tienen problemas de coordinación y
control de la carrera, lo que se deduce de una formación deficiente en etapas previas.
Nunca se sabe con certeza qué deporte terminará eligiendo una persona luego de la niñez; y en
este sentido, una actividad que permita un buen desarrollo de la resistencia, la velocidad, la
amplitud del movimiento, la coordinación, y la bilateralidad, estimo que permitirá desarrollar una
buena base para futuras prácticas. En otras palabras, recomiendo aquellos que ofrezcan una
amplia base, sobre todo teniendo en cuenta que al niño le queda un largo camino por recorrer y su
cuerpo experimentará muchos cambios a lo largo de la adolescencia. Y sobre todo, elegir una
actividad donde el niño pueda disfrutar. Y me parece importante resaltar que en este disfrute los
padres deben estar implicados.”
Consejos para padres de deportistas
No confundir implicarse en el deporte del niño con presionarlo
Planificar bien los horarios, dado que el niño prioriza siempre lo que más le gusta y quiere entrenar
o competir más que estudiar o compartir tiempo familiar
Regular las expectativas en relación al futuro deportivo del niño, por más que sea bueno
técnicamente. Esto además ayuda al padre a regular sus propias expectativas
Resaltar siempre la importancia de la práctica deportiva por sobre la competencia y/o el ganar
La práctica deportiva debe sumar y crear hábitos deportivos, si el niño la pasa mal, cuidado!
Intentar no criticar las decisiones del entrenador delante del niño, no favorece el respeto al mismo,
ni la satisfacción de la práctica deportiva
Destacar la importancia de la práctica deportiva sobre los resultados, los niños son competitivos y
quieren ganar siempre, como para que los adultos potencien este punto
Apoyarlos siempre, cuando las cosas van bien o no.
Si quieres que tu hijo disfrute el deporte, disfrútalo con él.