economía
Todo el mundo tiene un cajón lleno de productos electrónicos obsoletos e irreparables. Dispositivos que se han acumulado a lo largo de los años y que simplemente no pudieron seguir nuestro ritmo acelerado de innovación. Los productos electrónicos de consumo han cobrado un precio enorme en el medio ambiente. Pero ¿y si te dijeran que esto fue en parte por el diseño?
La estrategia detrás de esto se llama obsolescencia programada, que es la estrategia proactiva de diseñar productos para que inevitablemente se queden atrás en la curva de innovación o simplemente sean irreparables. Otra táctica que se incluye en la obsolescencia planificada es lanzar nuevas actualizaciones de software que son incompatibles con los dispositivos más antiguos para impulsar la necesidad de actualizar el hardware para que tu aparato, del tipo que sea, pueda funcionar correctamente. Esta estrategia anima a los consumidores a comprar con más frecuencia, a veces con una frecuencia de dos meses.
La obsolescencia programada se ha observado en la industria automotriz, artículos para el hogar, ropa y, más notablemente, en la industria de electrónica de consumo. Es más, una táctica comercial que otra cosa. Recientemente, los críticos se han unido en oposición a la obsolescencia programada, citando casos emblemáticos que muestran cómo puede ser perjudicial tanto para el medio ambiente como para los derechos de los consumidores. Pero no todos los cambios son intentos estratégicos de engañar o desactualizar tu dispositivo. A veces, las cosas se vuelven disfuncionales o anticuadas porque envejecen. No es razonable esperar que tu smartphone de diez años funcione sin problemas o que tu ropa permanezca libre de rasgaduras durante años y años.
Obsolescencia programada: motivaciones y consecuencias
La obsolescencia programada tiene un objetivo para la empresa: generar ingresos consistentes, no de clientes nuevos, sino de aquellos que desean reemplazar sus productos actuales.
Pero es más que un problema financiero y de conveniencia para los consumidores. ¿Adónde van todos estos dispositivos obsoletos? A medida que más y más consumidores toman conciencia de esta estrategia, comienza a reflejarse negativamente en las empresas que la emplean. Sí, la obsolescencia programada engaña a los consumidores y es peligrosa para el medio ambiente, pero también se daña la imagen de marca. Entonces, ¿por qué lo hacen? Las economías funcionan según la demanda y la obsolescencia programada es una forma de aumentar la demanda.
Tipos de obsolescencia programada
Algunos productos utilizan múltiples formas de obsolescencia planificada. Las empresas pueden generar nueva demanda a través de esto, pero ¿cómo se ve en su ejecución? Existen varios tipos de obsolescencia programada:
- La obsolescencia percibida se basa en tendencias en constante cambio para hacer que un producto parezca obsoleto. Los diseñadores crean versiones más nuevas de productos para que los consumidores se sientan motivados a comprar el último estilo.
- La durabilidad artificial es cuando los diseñadores crean un producto con una vida útil más corta para que los consumidores necesiten reemplazar el producto con más frecuencia.
- La prevención de reparaciones se refiere a productos que no pueden repararse. Al impedir la reparación de los productos, los consumidores se ven obligados a comprar un nuevo producto para reemplazar el anterior, sin importar cuán pequeña sea la reparación.
- Las actualizaciones de software también pueden hacer que los dispositivos queden obsoletos. Las actualizaciones de software más recientes, que se utilizan más comúnmente con productos electrónicos de consumo, pueden ser incompatibles con tu dispositivo anterior y, a través de un efecto de goteo, tu dispositivo podría volverse tan lento y disfuncional que se verá obligado a obtener uno nuevo.
¿Qué podemos hacer?
Hay algunas iniciativas que se resisten al concepto de obsolescencia programada. Algunas de estas son estrategias centradas en la legislación, pero otras siguen siendo movimientos de base o acciones basadas en el consumidor.
La empresa Acer, ha incluido en su laptop Aspire Vero tornillos estándar para facilitar las reparaciones, actualizaciones y reciclaje. Este equipo se ha fabricado con plástico reciclado posconsumo (PCR), es decir, plástico recuperado que se recicló y reutilizó. Esta es una de las máximas cuando hablamos de qué podemos hacer. La posibilidad de extender la vida de un producto con facilidad a través de componentes como estos es un buen camino para seguir. “Actualmente, muchos de nuestros dispositivos no están diseñados para ser reparados. De hecho, muchos teléfonos inteligentes, por ejemplo, están completamente encapsulados y utilizan herramientas especiales para abrirlos. Esto limita su capacidad para reparar su dispositivo”, señala Acer.
Buscando hacer que el mundo sea más verde, algunas empresas han dado un paso al frente y están haciendo algunas cosas geniales para luchar contra problemas como la obsolescencia programada.
Si deseas evitar por completo la obsolescencia programada, puedes aprender a reparar tus propios productos, evitar la necesidad de seguir todas las tendencias cuando surjan, reutilizar lo que tienes y considerar comprar de segunda mano.