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En esta altura del año, el cansancio, los nervios y los problemas cotidianos pueden jugar una mala pasada a nuestra salud y desembocar en diversas enfermedades.
El fin de año suele ser un momento de mucho movimiento laboral y personal, lo que puede generar un alto nivel de tensión, que el organismo percibe como una agresión, utilizando el estrés como mecanismo de defensa. Esto se suma a las responsabilidades diarias, la angustia, la ira y el poco descanso, factores que llevan a un mal funcionamiento del sistema nervioso.
En escenarios normales el organismo emplea casi toda su energía en actividades destinadas a la modificación, reparación y creación de nuevos tejidos. En momentos de estrés todo cambia, ya que el organismo debe dirigir su energía a otros procesos, deteniendo las actividades de renovación del cuerpo.
Con el paso del tiempo, estas las situaciones pueden funcionar como colaboradoras al desarrollo de enfermedades, entre las que se destacan: colon irritable, alergias, enfermedades de la piel, enfermedades cerebrovasculares, hipertensión arterial, jaquecas, lupus y algunos cánceres e infartos.
Es importante tener en cuenta que así sea crónico, agudo o repetitivo, el estrés afecta al equilibrio general del cuerpo, lo cual puede convertirse en un desencadenante fatal.
El cuerpo habla y no hay que pasar por alto los diversos indicios que otorga.
¿Cómo cuidarnos del estrés?
• Identificar situaciones que le provoquen estrés y evitarlas
• Generar vínculos afectivos prolongados
• Realizar ejercicios
• Mantener una dieta balanceada
• Estar satisfecho en el área laboral
• Realizar actividades relacionadas al arte
• Buscar actividades de distención
• Evitar conflictos, frustraciones, angustias y situaciones de angustia
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776). Médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”.