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Los nacimientos previos a las 37 semanas de gestación son una de las principales causas de atención en las áreas de cuidados intensivos neonatales. Factores de riesgo, el rol de la familia y la importancia de los controles periódicos para el abordaje de estos casos.
Los nacimientos prematuros constituyen uno de los principales casos de atención en unidades de
cuidados neonatales. Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 17 de
noviembre se conmemora el Día Mundial de la Prematuridad, con el objetivo de dar a conocer
información sobre la temática.
Se estima que, cada año, nacen en el mundo 15 millones de niños y niñas antes de las 37 semanas
de gestación, lo que representa entre un 5% y 18% del total de los nacimientos. En Argentina, la
tasa de prematuridad alcanza el 8,9%, porcentaje que implica un incremento de 10 puntos
porcentuales durante los últimos diez años.
Factores de riesgo y prevención
“Los nacimientos prematuros obedecen a distintas razones. La mayoría de ellos ocurren
espontáneamente, pero algunos se deben a razones médicas, como infecciones u otras
complicaciones del embarazo que requieren la inducción temprana del parto” explica la Dra. Diana C.
Rodríguez, autora del libro “Bebés prematuros” de delhospital ediciones, publicado por el Instituto
Universitario Hospital Italiano de Buenos Aires.
“Entre las causas también figuran los embarazos múltiples, las infecciones y afecciones crónicas
como la diabetes y la hipertensión arterial; sin embargo, a menudo no se determina causa alguna. Se
cree que también la genética puede influir”, agrega Rodríguez, que también se desempeña en la
Clínica de Prematuros del Hospital Italiano. El riesgo de tener un hijo prematuro se acrecienta si la
madre es adolescente, no come bien, tiene anemia, desnutrición, fuma, consume drogas o alcohol,
exceso de actividad física y trabajo con esfuerzo.
Dada la multiplicidad de factores que pueden generar este tipo de casos, los especialistas
recomiendan realizarse controles periódicos antes y durante el embarazo, con el objetivo de
identificar complicaciones y realizar un tratamiento individualizado para cada caso.
La detección temprana puede resultar clave para un abordaje rápido que ayude a que el bebé se
adapte mejor a la vida fuera del útero en caso de que nazca antes de término.
Involucrar a la familia desde el nacimiento
Durante los últimos años, ha tomado fuerza en la comunidad de la salud la importancia de una
mayor presencia de madres y padres en las unidades neonatales donde se realiza el cuidado de
bebés recién nacidos. Siguiendo esta línea, el lema impulsado por Unicef, en el marco de esta fecha,
es “Acceso de la familia a la NEO. Sin restricciones. Sin horario. Todo el tiempo”.
“Los padres son los mejores cuidadores de sus hijos”, afirma la Dra. Rodríguez. “De allí la convicción
de que la familia debe pasar a formar parte del equipo de salud que atiende a un bebé nacido
prematuro”, destaca.
En ese sentido, es importante el trabajo colaborativo entre el personal del hospital y la familia, con
el objetivo de favorecer el desarrollo del niño, aumentar el apego, ofrecerle contención y brindarle
acceso a la lactancia materna.
Avances de los últimos años
En 2022, la Organización Mundial de la Salud publicó nuevas recomendaciones en relación al
cuidado de bebés nacidos prematuros. La publicación encuentra su fundamento en nuevas
evidencias según las cuales las intervenciones simples pueden reducir significativamente la
mortalidad de los recién nacidos prematuros. Entre estas intervenciones, destacan:
● El método de la madre canguro inmediatamente.
● El inicio temprano de la lactancia materna.
● El uso de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP).
● La administración de medicamentos como la cafeína para tratar problemas respiratorios.