domingo, 26 de noviembre de 2023

TikTok, salud mental y privacidad: una combinación nociva para niños y adolescentes


sociedad

Primer informe etnográfico sobre la app en nuestro país


¿Qué pasa cuando los jóvenes quedan atrapados horas en su celular en una espiral que puede ser perjudicial para su bienestar? Esto es lo que se preguntó Amnistía Internacional en su último informe: “Domar el algoritmo”: desafíos para la salud mental y privacidad en el uso de TikTok Argentina.

Los hallazgos de la investigación se centran en dos ejes principales: privacidad y datos personales, por un lado, y salud mental por el otro. En ellos se incluye la espiral tóxica que puede ser TikTok, las estrategias de hiperpersonalización del algoritmo, la conflictiva gestión del tiempo, los miedos y la exposición a la violencia según AI.

“Las redes sociales deberían combinar entretenimiento, comunicación y servir además como fuente de información, y de hecho han dado muestras de lo beneficiosas que pueden ser para socializar, difundir noticias y conectar. Sin embargo, nuestro estudio enciende algunas alarmas que preocupan no solo a mamás y papás sino a los propios usuarios de TikTok”, alertó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. 

Este proyecto etnográfico, el primero de este tipo en Argentina, fue liderado por Martín Becerra y Victoria Irisarri, doctores en Ciencias de la Información y en Antropología, respectivamente. Se desarrolló entre febrero y junio en cinco localidades. El enfoque consistió en comprender las experiencias cotidianas de jóvenes de entre 13 a 25 años con esta plataforma. Durante la pandemia, TikTok exacerbó su crecimiento, y el vínculo con la app es percibido como más intenso y permanente entre las personas menores de edad informaron. 

Miedos y salud mental 

Uno de los hallazgos del estudio fue la distinción entre el “lado malo” y el “lado bueno” de TikTok. Los jóvenes generan estrategias para “salir del lado malo”. Por ejemplo, entrenarlo a través de los “me gusta” y también de la elección “no me interesa”; abrir cuentas que “entrenan” para que la programación algorítmica reitere determinados temas y contenidos deseados; también suelen pedirles a otros usuarios que les envíen links con contenidos “buenos” que ayudarán a “domesticar” al algoritmo.

Complementariamente, hay otros temores como el volverse viral por un contenido o por la atención derivada desde otras cuentas. En TikTok el “peso” de la viralidad recae más sobre el tema del video, su geolocalización y otras variables que la compañía no revela. Además, el estudio destaca el carácter absorbente de la aplicación que genera nociones de “pérdida” del tiempo, de descontrol, e incluso de “abducción”. En principio, las búsquedas de autorregulación o control parental no parecerían suficientes para frenar la sensación de adicción. Incluso las alertas que la misma app promociona para limitar su consumo no son eficaces. Las advertencias sobre “contenido sensible” tampoco son una respuesta adecuada señalaron. 

El autodiagnóstico emerge como una práctica frecuente. Su popularidad, la distancia con el saber profesional y científico respecto de síntomas percibidos como problemas de salud física y mental y el acceso directo a consejos de influencers u otras cuentas, experiencias y recetas vinculadas con el aspecto y con el bienestar emocional es un resultado sobresaliente del estudio, no sólo por los testimonios de los interlocutores, sino porque narran estas situaciones como generalizadas en sus entornos. Estos contenidos pueden poner en riesgo la integridad física o el equilibrio mental, sin que la programación algorítmica de la plataforma detecte o emita alertas en estos casos dijo AI.