viernes, 3 de noviembre de 2023

Llamado a los gobiernos del mundo para proteger a los periodistas


internacional

Con motivo del Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, la UNESCO publica datos alarmantes que destacan el incremento de la violencia contra los periodistas en los períodos electorales. Entre enero de 2019 y junio de 2022, se documentó 759 agresiones individuales contra periodistas, incluyendo 5 asesinatos, durante 89 elecciones en 70 países.


“Los periodistas no deben ser objeto de amenazas ni ataques, ni privados de informar con plena libertad en ningún momento. Instamos a los gobiernos a tomar medidas adicionales para garantizar la seguridad de los periodistas, el derecho a la libertad de expresión y al acceso a la información, incluso durante los periodos electorales. Estos derechos humanos fundamentales son cruciales para el funcionamiento de la democracia”, afirmó Tawfik Jelassi, Subdirector General de Comunicación e Información de la UNESCO.

Estos datos se presentan en el contexto de la conmemoración del Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, que tiene lugar el 2 de noviembre. En este momento, los riesgos para los periodistas son más altos que nunca, y esto se manifiesta de manera más dramática en Oriente Próximo, donde la UNESCO recientemente lamentó “la semana más letal para los periodistas en cualquier conflicto reciente”. Sin embargo, es importante destacar que los datos también revelan que los periodistas enfrentan riesgos significativos incluso en situaciones que no son de crisis.

Un gran año electoral

En 2024, 2 600 millones de personas acudirán a las urnas. Los periodistas desempeñarán un papel fundamental a la hora de garantizar que el público tenga acceso a información precisa mientras se prepara para emitir su voto. Estos datos se han recopilado como parte del nuevo informe temático de la UNESCO titulado “El rol de los agentes y las fuerzas del orden: garantizar la seguridad de las y los periodistas durante las manifestaciones públicas y las elecciones”. Este informe expone las formas en las que se obstaculiza a los periodistas para informar libremente y ofrece recomendaciones sobre cómo los gobiernos pueden abordar este problema.

¿Qué se considera un “ataque”? Según la UNESCO, durante el período electoral, el 42 % de las 759 agresiones a periodistas fueron perpetradas por las fuerzas de seguridad. Se consideran "ataques" a las detenciones arbitrarias, palizas, disparos de balas de goma, amenazas, intimidación y confiscación de material. Estos incidentes ocurrieron en variados contextos, como mítines, manifestaciones públicas, oficinas y residencias de periodistas y profesionales de los medios.

El restante 58 % de las agresiones comprendieron ataques físicos y verbales y fueron llevados a cabo por manifestantes y miembros del público que asistían a las protestas. Dentro de este grupo, el 29 % de los periodistas agredidos, lo que equivale a 218 personas, eran mujeres.


El informe de la UNESCO revela que, durante los procesos electorales y las manifestaciones públicas, muchas autoridades gubernamentales restringieron el acceso del público a la información mediante apagones e interrupciones de Internet, censurando a los medios de comunicación y a voces críticas, así como vigilando digitalmente a los periodistas. Estas medidas se justificaron en nombre del mantenimiento del orden público y la seguridad nacional. El informe temático incorpora datos de Access Now y de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH).

Libertad de expresión: El papel clave de las fuerzas de seguridad

La libertad de expresión y las protestas pacíficas son fundamentales para la gobernanza participativa, para que los gobiernos rindan cuentas y promover cambios en actitudes, políticas y leyes. Durante protestas y elecciones, la policía y las fuerzas de seguridad deben proteger estos derechos democráticos y asegurar un entorno seguro. Desde 2013, la UNESCO y sus socios han capacitado a 11 500 agentes de policía en 150 países. Esta formación resulta efectiva porque implica que tanto los policías como los periodistas participen en juegos de rol, lo que les permite comprender mejor sus respectivas funciones y responsabilidades.