miércoles, 25 de octubre de 2023

La innovación de la industria del software empresarial


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¿Es verdad que una de las pocas industrias que no aumentó su productividad en la última década es la industria del software empresarial? ¿Por qué cada vez hay más programadores, pero los costos y tiempos de desarrollo no paran de aumentar?


Hoy las empresas tienen necesidades muchísimo más complejas que hace 3 décadas y como las herramientas de desarrollo son las mismas, la productividad involucionó y los costos se dispararon.

Cuando una empresa tiene cientos o miles de clientes que utilizan sus sistemas, es más fácil desarrollar una nueva versión con un pequeño cambio evolutivo para seguir cobrando un mantenimiento que reconvertir todos sus productos y servicios por algo muy superior.

“En este contexto y al contrario de lo que pasa en el mercado, desde NeuralSoft creamos FastPrg; un lenguaje de programación de dominio específico diseñado exclusivamente en Argentina para el desarrollo de software empresarial” cuenta Gustavo Viceconti, CEO de la compañía.

FastPrg es una solución ‘No Code’, lo que significa que no es necesario escribir código para programar. En lugar de eso, el programador sólo necesita definir la lógica del negocio y FastPrg se encarga de resolver el ‘cómo’. Permite programar entre 20 y 50 veces más rápido que los lenguajes de programación convencionales, lo cual nos brinda la capacidad de modificar y agregar funcionalidades a una velocidad antes impensada. Con este lenguaje, NeuralSoft desarrolló una generación totalmente nueva de ERP que es MyLogic. Un software muy específico para hacer aplicaciones de negocios a un 5 o 10 % del costo de lo que tiene programar en otros lenguajes.

MyLogic ofrece la libertad de agregar funcionalidades y realizar ajustes rápidos con un esfuerzo mínimo, superando incluso el nivel de adaptación de un desarrollo a medida. La inmensa mayoría de los ERP están desarrollados con lenguajes de programación que tienen más de 30 años. La excusa es que están probados, son confiables, y que el riesgo de innovar es muy grande. La realidad es otra.