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El Comité Intergubernamental de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, reunido en Kasane (Botswana) del 5 al 8 de diciembre, inscribió 55 nuevos elementos culturales en las Listas del Patrimonio Cultural Inmaterial, a iniciativa de 72 países.
El Comité fue también la ocasión de celebrar el 20º aniversario de la Convención de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que reúne actualmente a 181 Estados Partes y reconoce a más de 700 tradiciones y prácticas culturales.
55 nuevas inscripciones
Del 5 al 8 de diciembre se celebró la 18ª reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, bajo la presidencia de Botswana. Al término de los debates, los 24 Estados miembros del Comité decidieron inscribir 55 nuevos elementos culturales, repartidos de la manera siguiente:
6 elementos en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia;
45 elementos en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad;
4 elementos en el Registro de Buenas Prácticas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Con estas nuevas inscripciones, 730 elementos culturales de 145 países forman ya parte del patrimonio vivo de la UNESCO.
El Comité también decidió conceder dos subvenciones de Asistencia Internacional: una a Zimbabwe y otra a Paraguay, por un importe de 321.300 y 74.500 dólares respectivamente. Desde la creación de la Convención, la UNESCO ha financiado más de 140 proyectos de salvaguardia en más de 70 países, por un importe total de más de 12 millones de dólares.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, felicitó “a todas las comunidades y Estados cuyo patrimonio vivo forma ahora parte de nuestra cultura común”, señalando que “esta Convención es una poderosa herramienta para salvaguardar la diversidad cultural y las identidades locales en el contexto de la globalización”.
En más de la mitad de las inscripciones de este año, las prácticas culturales se transmiten en el seno de la familia, de generación en generación. Esta característica recuerda que el patrimonio cultural inmaterial, tal y como lo defiende y promueve la UNESCO, es un patrimonio vivo que se salvaguarda gracias a la acción de transmisión entre individuos, especialmente en el seno de las familias, entre padres y descendientes.
El papel clave que desempeñan las mujeres en la salvaguardia y transmisión de estas prácticas está también en el centro de estos nuevos registros. Ellas son las verdaderas guardianas de las tradiciones, que a menudo son también fuente de emancipación y empoderamiento.
Por primera vez desde 2008, el Comité inscribió este año un número récord de 12 elementos procedentes del continente africano, lo que demuestra hasta qué punto todas las regiones del mundo han asumido esta Convención con el mismo dinamismo y la misma capacidad para inscribir prácticas.
El Comité también acogió con satisfacción las 12 inscripciones multinacionales, ya que la Convención también desempeña un papel importante como catalizador del diálogo cultural más allá de las fronteras.
Este año 2023 marca también la primera inscripción en la lista del patrimonio vivo de la UNESCO para cinco países: Angola, Bahamas, Camerún, Yibuti y Granada.
La Convención de la UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que este año celebra su 20º aniversario en Botswana, ha transformado radicalmente nuestra manera de concebir el patrimonio.
“Gracias a esta Convención, la propia definición de patrimonio cultural se ha ampliado. Ya no se trata solo de monumentos, yacimientos o piedras. Reconoce que el patrimonio también está vivo, que se puede cantar, escribir, escuchar y tocar. Cada uno de nosotros es portador de una parte de este patrimonio y es su garante”, declaró Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO.
En la actualidad, la Convención es la voz de millones de practicantes y miembros de comunidades locales de todo el mundo, cuyos conocimientos, rituales, tradiciones y manifestaciones son salvaguardados y apoyados por la comunidad internacional en su conjunto. Situadas en el centro de los procesos de inclusión en las listas y de salvaguardia, las comunidades locales, a menudo indígenas, han estado en el centro de esta Convención durante 20 años.
Más allá del proceso de inscripción, la UNESCO lleva 20 años ayudando a los Estados Partes a transponer las normas y principios de la Convención a su legislación nacional. Gracias a ello, el patrimonio inmaterial se beneficia ahora en la mayoría de los países de un marco jurídico de salvaguardia, así como de programas educativos y económicos, según el mismo principio que existe para el patrimonio edificado.
La próxima reunión del Comité se celebrará en diciembre de 2024 bajo la presidencia de Paraguay.