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En relación con la COP28, la UNESCO presenta un informe sobre la ética de la ingeniería climática destaca los riesgos y oportunidades inherentes a las nuevas tecnologías de manipulación y modificación climática, proponiendo diversas recomendaciones para su investigación y regulación.
Dado que el clima continúa cambiando a un ritmo alarmante y la humanidad no logra alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de CO2, la ingeniería climática (también conocida como geoingeniería) ha adquirido importancia como una posible solución. Debido a los efectos prometedores y a los riesgos significativos que estas intervenciones a gran escala representan para los sistemas naturales de la Tierra, la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología de la UNESCO (COMEST) ha publicado su primer informe sobre la Ética de la Ingeniería Climática. El informe proporciona una visión ética global exhaustiva sobre las tecnologías de la ingeniería climática y enumera una serie de recomendaciones específicas sobre su posible uso.
En este informe se examina una amplia variedad de tecnologías de ingeniería climática, las cuales se distinguen por su eficacia y costos, y se dividen en dos categorías. La eliminación del dióxido de carbono implica extraer el carbono de la atmósfera, ya sea mediante la construcción de infraestructuras a escala industrial para la eliminación de carbono o a través de la plantación de árboles para absorber el CO2 de manera natural. La modificación de la radiación solar consiste en reflejar la luz solar hacia el espacio, mediante la inyección de aerosoles en la estratosfera o el uso de colores claros en los tejados.
Evaluación de riesgos
El informe advierte de que la ingeniería climática podría perjudicar a las políticas climáticas existentes y desviar los fondos cruciales dedicados a reducir las emisiones y a adaptarse. Los elevados costes que conllevan el desarrollo y el despliegue de estas herramientas, también podrían acentuar las desigualdades mundiales entre países de distinto peso económico, especialmente en términos de distribución de riesgos. Las herramientas de la geoingeniería también podrían utilizarse con fines militares y geopolíticos, lo cual requeriría que se redoblasen esfuerzos para gestionarlos a nivel mundial.
Los expertos también señalan que, debido a la falta de conocimientos en la actualidad, aún no se puede confiar plenamente en que estas técnicas contribuyan de manera significativa a alcanzar los objetivos climáticos. Dada la falta de perspectiva y experiencia, no somos capaces de prever las consecuencias que tendrán estas intervenciones en el clima. Por ejemplo, podrían desencadenar una serie de reacciones en cadena con riesgos considerablemente impactantes para el ser humano, los océanos, las temperaturas globales y la biodiversidad.
Al generar dependencia de las tecnologías de la ingeniería climática, surge la pregunta sobre el momento y la forma en que deberían eliminarse de manera gradual, así como las repercusiones asociadas con dicha eliminación. Por lo tanto, cualquier estudio sobre ingeniería climática debería establecer como objetivo principal una mejor identificación y reducción de las incertidumbres relacionadas con las acciones para regular el cambio climático.
Las recomendaciones de la UNESCO
El informe propone una serie de recomendaciones para estudiar y controlar la ingeniería climática, entre las cuales:
Los Estados tienen la obligación legal de evitar daños y, por lo tanto, deben crear una legislación que regule estas nuevas formas de acción climática.
Las investigaciones científicas sobre ingeniería climática deben realizarse según normas éticas claras que respeten la legislación internacional.
Los países deben tener en cuenta que sus decisiones en materia de ingeniería climática pueden tener repercusiones más allá de sus fronteras.
Gestionar la puesta en práctica de estas técnicas a escala mundial supone un gran desafío que requiere una colaboración abierta y responsable por parte de todos los países, así como una supervisión constante.
Las comunidades marginadas que se encuentran en la primera línea del cambio climático, así como aquellas poblaciones que están más expuestas, deben ser tomadas en consideración e involucrarse en las políticas sobre la ingeniería climática.
La UNESCO compartirá este informe, así como sus conclusiones, con sus 194 Estados Miembros, para que este asunto primordial forme parte de los debates intergubernamentales que tendrán lugar durante la COP28.
“Ante la emergencia medioambiental actual, deberíamos considerar todas las opciones disponibles, incluida la ingeniería climática. Sin embargo, su implementación no debería ser en detrimento de los compromisos establecidos en el Acuerdo de París, ni debería llevarse a cabo sin establecer un marco ético claro. La UNESCO colaborará con sus Estados Miembros para construir este marco”, afirmó Gabriela Ramos, Subdirectora General de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO.
“La ingeniería climática presenta riesgos, tanto en términos de su interacción con el clima como por su potencial para aumentar los riesgos existentes y generar otros nuevos. Antes de continuar con el desarrollo de estas nuevas tecnologías, es necesario comprender completamente cuáles son sus efectos y sus implicaciones éticas. Todo debate sobre ingeniería climática debe tener una dimensión ética y política simultánea, reflejando los intereses opuestos de diversas regiones y comunidades”, declaró Emma Ruttkamp-Bloem, Presidenta de la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología de la UNESCO (COMEST).