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El trabajo de Demarco |
La periodista y escritora Magela Demarco nos contó que su nuevo libro “Un papá con delantal”
se acaba de publicar en España (Editorial Bellaterra) y también se consigue en nuestro país.
Contada a través del humor, la historia invita a cuestionarnos algunos roles de género ya
vetustos y a repartirse las tareas del hogar de forma igualitaria entre hombres y mujeres.
“Un papá con delantal” surgió como respuesta a las desigualdades diarias que solía ver tanto
fuera de mi círculo como dentro de mi propia familia e incluso en mí misma. Y la historia,
contada a través de los ojos de una niña, desde el humor, se podría resumir así: una madre
casada o en pareja, con dos hijos (una niña y un niño) contrata a un señor para que la ayude
con los quehaceres del hogar.
Magela señala que: "me gustó jugar con la idea de que sea un señor, que se llama Amador, la persona que la
mamá de esta historia contrata para que la ayude con las tareas del hogar, porque es algo que
no pasa en la realidad, o al menos en Argentina, donde todas las personas que uno contrata
para trabajar son mujeres. Y, a decir verdad, son contados con los dedos de las manos los
hombres que barren, pasan el trapo, hacen las camas, limpian los vidrios, lavan la ropa,
ordenan la casa, hacen las tareas con las hijas y los hijos, los/as llevan al médico… A lo sumo
hacen una cosa o dos cosas de todas esas, pero la mayoría las seguimos haciendo las mujeres,
además de salir a trabajar, claro".
#Quise contar una historia que nos invitara a cuestionarnos la división arcaica de algunos roles
que todavía existe entre hombres y mujeres. Y a poder ver las diferentes formas en que las
mujeres criamos a nuestros niños de nuestras niñas (y después nos quejamos). El hecho de que
un hombre se “ponga el delantal” simboliza la distribución equitativa de las tareas del hogar,
que son abundantes, llevan mucho tiempo y siempre quedan a cargo de nosotras".
La escritora cree que hasta las mismas madres crian distintos a hijos e hijas "porque más allá de las luchas, los reclamos y las lindas consignas de igualdad, como
todas y todos crecimos en una sociedad machista, muchas veces son, y somos (porque me
tengo que hacer cargo de mis mecanismos machistas internalizados producto de años y años de
haber crecido y aprendido dentro de una cultura patriarcal), las propias mujeres y los propios
hombres quienes reproducimos estructuras androcéntricas, inequitativas y arcaicas".
"De hecho, mi mamá no me crió de la misma manera a mí que a mi hermano. Tengo 42 años y
mi hermano tiene 35. Es el día de hoy que mi mamá, cada vez que mi hermano viene a comer a
mi casa me llama para decirme: “Dale de comer, cuidalo, atendelo”. Cosa que no ocurre al
revés. Si yo voy a casa de mi hermano ella no lo llama a él para decirle: “Atendé a tu hermana”,
explica sonriendo la autora, y luego arroja una seguidilla de preguntas:
“¿Cómo criamos a nuestros hijos y a nuestras hijas? ¿De igual manera? ¿O las nenas siguen
siendo las que llamamos al momento de tener que poner la mesa? O si se reúne un grupo de
parejas amigas, ¿quiénes son las que levantan la mesa al terminar de comer? Casi siempre
somos las mujeres… mientras los hombres se quedan sentados charlando y haciendo la
sobremesa, sin atinar a levantarse para hacer su parte… Lo hacemos sin ser conscientes, claro,
pero da igual, porque reproducimos las conductas machistas…."
Ella cree que la literatura se puede ayudar a modificar estas cuestiones. Desde la literatura también se puede ayudar a modificar estas desigualdades. Y en mi
cuento yo elijo hacerlo a través del humor, porque creo que el humor es una de las mejores vías
de entrada. Hay una frase que a mí me gusta mucho, que no es mía y que está en el libro
“Cómo criar hij@s no machistas”, que dice: “Empezar a mostrar es empezar a poder ver”.
Exhibir estas diferencias, cuestionarlas es el primer paso para poder empezar a concientizar
estas desigualdades que están naturalizadas y que, sin embargo, no tienen nada de natural.
Demarco se ubica dentro del movimiento feminista pero aclarara algunas cuestiones "porque todavía hay gente que piensa que
el feminismo es lo contrario al machismo. Y no lo es. En todo caso lo opuesto al machismo es el
hembrismo, que considera a la mujer por sobre el hombre. El feminismo nace como respuesta
al patriarcado y al androcentrismo en el que vivimos a nivel mundial. Lo que busca el feminismo
es mostrar estas desigualdades, visibilizarlas, hacerlas explícitas para así poder desnaturalizarlas
y modificarlas, ya que no tienen nada de natural, ni de justo. Por eso, el feminismo lo que busca
es la igualdad entre hombres y mujeres. Y para ver que vivimos en un mundo machista, no hace
falta ni doblar a la vuelta de la esquina. Con tan solo ver quiénes ocupan los puestos de mayor
jerarquía en las empresas y los gobiernos, quiénes ganan más dinero por realizar iguales tareas que nosotras, quiénes dirigen en su mayoría los destinos de los países.
Los hombres. No
olvidemos que en la Argentina, las mujeres recién pudimos votar en 1951, gracias a la ley que
promulgó Perón, impulsada por Evita. Es decir, que antes de esa fecha, la mitad de la población
¡estaba excluida del derecho al voto! Y algo que me gustaría aclarar es que no es necesario
ser mujer para ser feminista, un hombre puede serlo. De hecho, deberían serlo si lo que buscan
es un mundo más justo, igualitario y equitativo. Y por último, como siempre digo: “Brindo por
un mundo en donde haya menos machirulos, y más hombres con delantal”