miércoles, 4 de marzo de 2020

¿Cómo reducir el estrés del gato en sus visitas al Veterinario?


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El Hospital Veterinario de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA inauguró un nuevo consultorio Cat Friendly

Los gatos tienen una naturaleza única y ciertas necesidades específicas, que pueden hacer que la visita a la clínica resulte estresante para ellos, sus propietarios y sus veterinarios. Es por esto que el Hospital Escuela de la Facultad de Veterinaria de la UBA, que atiende a más de 2.000 consultas de felinos por año, propone un espacio especialmente diseñado para que los gatos puedan recibir el trato más adecuado durante la consulta y, a su vez, los estudiantes de veterinaria puedan aprender las consideraciones asociadas al manejo de esta mascota.

En los últimos años se ha incrementado el número de propietarios que se acercan al Hospital Escuela en busca de atención exclusiva y profesional para sus mascotas, en promedio se reciben 217 consultas de felinos por mes. Es por ello que el Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias UBA decidió inaugurar un consultorio Cat Friendly. La misma cuenta con una sala de espera y consultorio exclusivo para gatos dentro del mismo hospital, separada de la de perros y otros animales. A su vez, provee un aislamiento auditivo para reducir el stress por influencia de sonidos externos (de otros consultorios, propietarios de mascotas, sonido de otros animales, etc).

“El gato es una especie doméstica muy sensible a los cambios. El hecho de salir de sus casas y viajar hasta el lugar en el cual serán atendidos, en la mayoría de ellos, supone un fuerte nivel de estrés. Esta situación se agrava en estados de enfermedad, llevando al animal a padecer alteraciones fisiológicas y conductuales que ponen en riesgo su estado de salud, su integridad y en algunos casos, la seguridad de veterinarios, docentes y alumnos encargados de atenderlos” asegura la Dra. Amelia Gisbert, Veterinaria, Doctora de la Universidad de Buenos Aires y Especialista en Medicina Felina y Docencia Universitaria. Y agrega “es por ello que pensamos en este ambiente especialmente diseñado para los gatos”.

En la sala de espera los pacientes podrán encontrar repisas en altura para colocar la porta transportadora una vez que el dueño de gato ingresa a la sala de espera, una mesa funcional que contiene un reproductor de música relajante para gatos y un difusor de feromonas, luces tenues y paredes con colores cálidos, creando un ambiente confortable para estos pacientes felinos. Todas estas opciones que están disponibles apuntan a mejorar la confianza del animal durante su visita

Los gatos tienen una naturaleza única y ciertas necesidades específicas, que pueden hacer que  la visita a la clínica resulte estresante para ellos, sus propietarios y sus veterinarios. Esto podría originar un círculo vicioso en el que los gatos se estresan al acudir a la clínica, por lo que sus propietarios tienden a evitar o retrasar la visita a la clínica. Esto trae como resultado, que los veterinarios atienden con menor frecuencia a gatos que a perros, no recibiendo la atención veterinaria que requieren para promover su salud y bienestar. Entre las alteraciones más frecuentes observadas en los gatos que no reciben un trato “amigable” se encuentran: Incremento de la presión arterial, de los niveles de glucemia y de la frecuencia cardíaca y respiratoria. Estas alteraciones pueden llevar a diagnósticos erróneos o a la mala interpretación de parámetros clínicos, así como a la descompensación de algunos pacientes. Además suceden alteraciones conductuales como agresividad, hiperexcitabilidad, hiperactividad, comportamientos compulsivos y comportamiento autodestructivo, etc. Estos aspectos no solo puede poner en riesgo la vida del animal (ya que se trata de animales que se encuentran cursando enfermedades, en su mayoría debilitantes), sino también pone en riesgo la integridad física de los profesionales durante la atención del mismo. Si bien el estrés no puede ser evitado completamente, existen prácticas y recursos capaces de reducirlo y brindar al animal el mayor bienestar posible durante su permanencia en el establecimiento.

Royal Canin se encuentra apoyando firmemente al Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias con el objetivo de promover las visitas de gatos al veterinario, ofreciéndole un mejoramiento de las condiciones durante la consulta clínica de esta especie y contribuyendo a la divulgación general acerca de los manejos mas simples para esta especie durante su instancia con el veterinario, que pueden ponerse en práctica fácilmente por los profesionales durante la consulta.

En línea con esta tendencia, ya existe una primera veterinaria en Argentina, ubicada en la ciudad de Rosario, que ya cuenta con una certificación de práctica Cat Friendly otorgada por la Asociación Americana de Veterinarios Especialistas en Felinos (AAFP). Esta es solo un inicio en Argentina, ya que hay más de 1200 clínicas acreditadas por esta asociación en el manejo Cat Friendly en toda América. El veterinario Javier Céspedes, quien está al mando de la primera clínica veterinaria certificada por esta asociación como “Cat Friendly Practice Certified” en la categoría plata, refiere que con este enfoque especial pudieron aumentar las consultas felinas, a casi el 80% del total de consultas para esta especie en la clínica diaria.

Entre las medidas tendientes a reducir el estrés se encuentran: 

Alojar a gatos y perros separados durante su permanencia en la sala de espera. Esto permite evitar que olores, sonidos y cercanía incrementen el temor de los mismos. 

Contar con superficies elevadas para depositar las cajas transportadoras. Si las cajas transportadoras se colocan en el suelo, el gato se encuentra más expuesto al tránsito dentro de la sala de espera y es capaz de visualizar los movimientos desde abajo. 

Dentro del consultorio se debe garantizar que no existan espacios accesibles para el gato e inaccesibles para el profesional. De esta forma, el paciente podrá deambular por el mismo mientras el profesional recauda información con el propietario y observa el comportamiento del animal. 

Otros aspectos como el material de las camillas (preferentemente no metálicas y factibles de esterilizar), la temperatura ambiental adecuada (que evite agravar estados de convalecencia tanto en hipotermia como en hipertermia), el espacio adecuado para evaluar al animal no sólo sobre la camilla sino también en el ambiente y en diferentes alturas (dado que se trata de animales que instintivamente deben saltar y trepar) son factores adicionales que contribuyen a reducir los niveles de estrés en el gato y permiten una mejor recolección de signos clínicos. Se encuentra ampliamente estudiado el efecto del estrés sobre el comportamiento del gato y como dicho estrés es capaz de reducirse al mejorar las prácticas médicas y de enseñanza basándose en los pilares del bienestar animal.  

La tendencia mundial de manejo clínico y de infraestructura para la atención de gatos se encuentra centrada en los aspectos anteriormente mencionados.  “La implementación de estas medidas no solo contribuirá a mejorar la atención hospitalaria y la formación docente, sino que además constituirá un cambio innovador en nuestro Hospital Escuela”, comenta la Dra. Amelia Gisbert.