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Lo que para muchos es una forma de festejar, a las personas con la condición del espectro autista les
genera angustia, sufrimiento y ansiedad. Experta en el tema explica
esta situación en profundidad.
Se acerca fin de año, y con él llegan dos de las fechas más celebradas en nuestro país: Navidad y Año
Nuevo. Generalmente, se trata de festejos acompañados de reuniones familiares, regalos, brindis y
pirotecnia. A pesar de que en los últimos años se avanzó en la concientización y la restricción del uso
de la misma, aún sigue habiendo gran cantidad de gente que la incluye en sus festejos.
“En este contexto, para nuestros usuarios, los niños con CEA (condición del espectro autista), y sus
familias, las fiestas se vuelven una ocasión de sufrimiento, miedo, angustia y desorientación” explica
Margarita Ziade, psicomotricista y directora de Bocalan Argentina. Bocalán es una asociación civil
que se dedica a entrenar y entregar perros de asistencia a niños con CEA y personas con capacidad
reducida.
Las personas con CEA no perciben los estímulos auditivos de una manera habitual, lo que los lleva a
tener una reacción muy significativa frente a ruidos de alto impacto, como es el caso de la
pirotecnia. “La hiperacusia, común entre la mayoría de las personas con CEA, consiste en una
respuesta negativa o exagerada a los estímulos ambientales” comenta Ziade, y agrega “las personas
con hiperacusia tienen una mayor sensibilidad a la entrada auditiva, que puede alcanzar niveles
insoportablemente altos”.
Los ruidos fuertes, como el de los fuegos artificiales, pueden provocar en estas personas una
desestabilización total, que muchas veces está acompañada de convulsiones, autolesiones o la
pérdida de la noción del tiempo. Dependiendo de las características de la persona, este estrés puede
llevar también a agresiones físicas hacia terceros, llanto, gritos, taparse los oídos con las manos y
otras reacciones impulsivas por no comprender ni tolerar lo que sucede alrededor.
“El ruido que produce la pirotecnia es un sonido sumamente intenso y ellos lo perciben de manera
muy vívida” explica la directora de Bocalán Argentina. “Por un lado, les genera muchísimo estrés, a la
vez que liberan gran cantidad de neurotransmisores propios del estrés, generando una fuerte
alteración conductual y emocional. Por otro lado, al ser totalmente impredecibles, que no les permite
prepararse, los desorganiza, lo cual les genera muchísima angustia”.
Recomendaciones para afrontar esta situación:
Ziade comparte recomendaciones para que familiares y amigos de personas con CEA
puedan ayudarlos a transitar estas situaciones indeseadas.
Una de las formas que propone para evitarles el malestar es anticiparse a la situación, y ayudarlos a
comprender lo que va a suceder durante las fiestas.
“Hay chicos que responden bien a la contención física, a ellos se los puede alzar o abrazar,
especialmente a los más pequeños. Con los adolescentes es más complicado, ya que pueden pegarte
e incluso intentar escapar” explica la profesional.
Ziade también recomienda recurrir a medidas que ayuden a apaciguar los ruidos de la pirotecnia,
como permanecer con los chicos en una habitación mientras dura el momento de los fuegos
artificiales, o colocarles tapones de oído o auriculares.
“Como sociedad debemos conocer y comprender los efectos negativos que la pirotecnia tiene para
estas personas, y colaborar para que nadie sea excluido de los festejos, y todos podamos
disfrutarlos” concluye Margarita Ziade, directora de Bocalán Argentina.