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El Grupo de Cultivos Intensivos del INTA Bariloche acompaña una experiencia productiva donde se propagan y cultivan lavandas.
Se obtuvo una mejora del rendimiento de producción de flores en el cultivo, a partir del manejo del agua y la nutrición de las plantas, y además establecieron un invernadero donde se producen plantines de calidad que se comercializan a otras provincias.
La lavanda, cultivo en crecimiento en la Argentina, es una planta arbustiva, perenne, de única floración anual y forma parte del sector de aromáticas, algunas variedades también se utilizan como ornamentales. Hace cinco años el Grupo de Cultivos Intensivos del INTA Bariloche brinda apoyo técnico a una finca conocida como “Lavandas del Limay” en una experiencia de producción con tecnologías aplicadas a potenciar el cultivo de manera sustentable.
Ariel Mazzoni –investigador del INTA Bariloche– detalló que “el acompañamiento del INTA se encuentra en el manejo de invernaderos y sustratos para propagación, adopción de riego por goteo automatizado, y la nutrición del cultivo. Además, durante el último año se incorporó un instrumento tecnológico datalogger con el cual pueden registrar la humedad y temperatura del suelo y ambiente para obtener datos importantes que aportan a la correcta utilización del agua de riego en el cultivo de lavanda”.
Lavandas del Limay, un emprendimiento familiar a orillas del río Limay –predio de una hectárea ubicado en el paraje Villa Llanquín a 30 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche, Rio Negro camino a Neuquén–. Allí propagan y cultivan lavandas como eje principal productivo. La experiencia cuenta con un modelo de negocio de producción y turismo que con el aporte del INTA mejoró el rendimiento de producción de flores en el cultivo y se estableció un invernadero para producción de plantines de calidad que se comercializan a otras provincias.