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A raíz del Día del Maestro, reflexiones con la docente y especialista en neurociencia, Lorena Bottero, quien plantea un cambio de paradigma en materia de educación con lo que ya hay, es decir, no es necesario comenzar desde cero.
No sos vos, ni es tu alumno, se trata de conocer a nuestro cerebro
Ante un conflicto, es muy común que los seres humanos pongamos toda nuestra energía en
detectar quién tiene la responsabilidad. Esto se vio reflejado en el último tiempo en los
distintos espacios educativos a raíz del cambio de paradigma que hace años viene
preocupando tanto a directivos como a docentes. Por suerte, desde la neurociencia se
proponen un montón de soluciones fáciles de aplicar y muy poco costosas, tanto en materia
de energía como de dinero.
“Estamos dando clases para alumnos que ya no están. Sabemos que la forma en la que nos
educaron caducó. El error está en que seguimos criandolos y enseñándoles como lo
hicieron con nosotros”, explicó Lorena Bottero, neurosicoeducadora, quien hace más de 17
años trabaja día a día con más de 100 adolescentes en diversos colegios de Córdoba y
disfruta de dar capacitaciones transformadoras en espacios educativos de todo el mundo de
forma virtual y presencial.
Según informó la especialista en el tema, el foco debería estar puesto en conocer cómo
funciona el cerebro, el encargado de que los jóvenes aprendan, para comenzar a utilizarlo a
nuestro favor. “Hoy sabemos que la atención, tanto en adultos como en los pequeños,
requiere de recreos cerebrales. Son 8 minutos los que el cerebro puede estar enfocado en
nivel inicial y 20 en jóvenes y adultos, después este necesita del movimiento para volver a
arrancar y recuperar todo el oxígeno y la glucosa que se perdió”, explicó Bottero, conocida
en redes sociales como @lorena.bottero.neuro.coach.
Uno de los mayores sueños de Lorena es poder ayudar a los espacios educativos a
adaptarse a este cambio de paradigma sin caer en el auto látigo ni en pensar que se
requieren de grandes transformaciones para hacer valer lo que ya hay. “Lo que yo vengo a
proponer lo aplico a diario en las instituciones en las que trabajo. Soy docente, coach,
tengo 31 horas de cátedra, doy formación para la vida y el trabajo, doy economía porque yo
antes me dedicaba a las ciencias económicas, y después doy en el colegio talleres de
filosofía y coaching, que es lo que se define como neuroeducación. Además, estoy
encargada de vincular a los niveles, es decir, de lograr que todos los niveles puedan aplicar
este contenido”.
Esta metodología es aceptada y festejada, tanto por padres como por alumnos, pero para
que los resultados puedan ser experimentados tiene que ser aplicada en toda la institución y
no con algunos de los docentes.
“Me apasiona mi trabajo porque con la palabra puedo transformar realidades. Disfruto de
acercarles herramientas que en España ya se llevan a cabo hace más de 10 años. Este es
nuestro momento de humanizar la educación y brindarle a nuestros niños una enseñanza
que les sirva para toda la vida”, concluyó la especialista en el tema.