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Greenpeace emitió un comunicado donde celebra la preocupación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en materia ambiental. Señalan que hasta ahora (Cristina) ajena en muchos aspectos a su política de gobierno. A su vez, le recuerda que, en lo referente a la sobrepesca y explotación de petróleo en aguas profundas, Greenpeace denunció en mayo de 2009, que durante la reunión de la Comisión Pesquera de la FAO sobre control de puertos contra la pesca ilegal, los representantes argentinos "obstaculizaron cualquier medida para erradicar esta práctica no regulada y no reglamentada".
"Me encanta que defiendan a la ballenas porque son divinas, pero también que defiendan a los calamares y a las otras especies que están depredando", declaró ayer la Presidenta durante su discurso en la Casa Rosada. En el caso del calamar, se debe mencionar que las principales amenazas a la sostenibilidad de la especie calamar illex (Illex Argentinus) son: la pesca ilegal no reportada y no regulada, la sobrepesca, y el cambio climático. Para terminar con la “pesca pirata” los estados deben actuar a través de los organismos internacionales. Asimismo, respetando las recomendaciones científicas es posible detener la sobrepesca. Es por ello que es muy importante esta nueva preocupación por parte del Gobierno nacional.
Por otra parte, en 1998 Greenpeace denunció la expansión de las empresas petroleras en aguas profundas para la explotación de los recursos fósiles. En un contexto de crisis climática es inaceptable avanzar sobre más reservas de combustibles fósiles. Greenpeace se ha manifestado en contra de esta actividad en todos los mares del mundo. Entre los casos proyectados y denunciados por Greenpeace en ese año se encuentra el de las islas Malvinas.
Greenpeace también aclaró, que fue una de las primeras organizaciones en denunciar la presencia de armas nucleares en barcos británicos durante la guerra de Malvinas (1982). Cuando el buque destructor HMS Sheffield fue hundido durante la guerra entre Argentina y el Reino Unido, el Ministerio de Defensa británico no reconoció la presencia de armas nucleares a bordo de ninguno de los barcos que participaron del conflicto. Como miembros de una red de vigilancia antinuclear compuesta por entidades civiles, Greenpeace contaba con otra información.