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Los quehaceres del hogar son considerados una tarea de la pareja por igual para 7 de cada 10 encuestados. Casi un 63% de los encuestados tuvo que flexibilizar su jornada laboral para afrontar las tareas de cuidado de personas. Sólo en el 2% de los casos es el hombre quien se encarga de las tareas de cuidado.
Los datos surgen de un estudio realizado por Adecco Argentina sobre el impacto de la pandemia en el mercado laboral.
A pesar de que se muestra una redistribución significativa frente al paradigma clásico sobre el nivel de involucramiento en las tareas del hogar y tareas de cuidados, las diferencias son todavía muy pronunciadas.
Adecco Argentina, dedicada a la consultoría integral en Recursos Humanos, realizó un estudio titulado “Mundo digital, trabajo híbrido, personas analógicas” para conocer las condiciones generales del trabajo en el período bisagra de COVID-19 y post COVID-19. Como parte de la investigación, la compañía consideró el involucramiento en las tareas del hogar y tareas de cuidados de personas por parte de hombres y mujeres.
Las tareas hogareñas se vieron incrementadas por lo menos en un 76% durante la pandemia, según la opinión de los encuestados. Mientras que una mayoría recibió ayuda al momento de asumir esas tareas, principalmente de un familiar, otro 25% no contó con esa posibilidad.
Adaptación y redistribución de las responsabilidades en este nuevo contexto
Al considerar quién se ocupa de los quehaceres del hogar, una gran parte de los encuestados (72%) respondió que la pareja por igual afronta las tareas. Sin embargo, en las demás respuestas se puede notar una diferencia que sostiene el reparto clásico de actividades del hogar: un 2% considera que el hombre las lleva a cabo, en contraste con el casi 21% que incluye a las mujeres.
Por otra parte, los encuestados respondieron acerca de las tareas de cuidado de las personas a cargo. En este caso también prevalece la respuesta “la pareja por igual” pero en menor medida (casi 67%). Si pensamos en mujeres y hombres de manera individual, se puede ver una diferencia mayor que en el caso anterior, ya que casi un 28% de las mujeres están a cargo de las tareas de cuidado, mientras que solamente corresponde a los hombres el 2,4%. Además, en la respuesta “otras personas de la familia” se nota una disminución de casi un 50%, por lo cual vemos que este grupo tiene una mayor tendencia a hacerse cargo de los quehaceres del hogar que de las tareas de cuidado.
Balance entre la vida laboral y las tareas de cuidado
Dado que durante la pandemia y en este tiempo bisagra la esfera laboral ocupa el mismo espacio físico que la familiar, la investigación también se enfocó en si los empleadores llevaron a cabo algún cambio para facilitar el reparto entre la vida laboral y las tareas de cuidado. Casi un 83% no propuso cambios, frente a un 17% que sí implementó cambios, con la aclaración de que ese “cambio” estuvo destinado en su mayoría a flexibilizar el horario.
Teniendo en cuenta que la pandemia obligó a las empresas y a los trabajadores a adoptar la modalidad remota, la idea de regresar a pleno a las oficinas quedó relegada. Exceptuando a quienes debieron mantenerse en sus puestos de trabajo esenciales, la comodidad llegó a desestabilizar al mercado laboral. La flexibilización de la jornada laboral no necesariamente implicó una reducción de la carga horaria, sino todo lo contrario en algunos casos.
Las tareas de cuidado de otras personas implican tiempo y responsabilidad, tal el caso que 6 de cada 10 encuestados se vieron obligados a ser flexibles con su jornada laboral para afrontar estas actividades. Por otra parte, porcentajes similares manifestaron que tuvieron que modificar su vida laboral cambiando de trabajo o reduciendo su carga horaria.