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Las fuerzas rusas deben responder ante la justicia por una serie de crímenes de guerra cometidos en el noroeste de Kiev, declaró Amnistía Internacional en una nueva investigación realizada en terreno.
El informe, titulado “Él no va a volver”: Crímenes de guerra en las zonas del noroeste del oblast de Kiev (‘He’s Not Coming Back’: War Crimes in Northwest Areas of Kyiv Oblast), está basado en decenas de entrevistas y en un análisis exhaustivo de pruebas. La organización documentó ataques aéreos ilegítimos en Borodyanka (norte de Ucrania) y ejecuciones extrajudiciales en otras localidades y pueblos, incluidos Bucha, Andriivka, Zdvyzhivka y Vorzel.
Una delegación de Amnistía Internacional encabezada por la secretaria general visitó la región en los últimos días, habló con sobrevivientes y con familias de víctimas, y se reunió con altos cargos ucranianos.
“Nos reunimos con familias cuyos seres queridos perdieron la vida en ataques terribles y cuyas vidas la invasión rusa cambió para siempre. Apoyamos sus pedidos de justicia y solicitamos a las autoridades ucranianas, a la Corte Penal Internacional y a otras entidades que garanticen la preservación de las pruebas que podrían respaldar futuros enjuiciamientos por crímenes de guerra. Es vital que todas las personas responsables, incluidas las que ocupan los máximos puestos en la cadena de mando, respondan ante la justicia”, dijo Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
Cifras e historias impactantes
Durante 12 días de investigaciones, el equipo de Amnistía Internacional habló con residentes de Bucha, Borodyanka, Novyi Korohod, Andriivka, Zdvyzhivka, Vorzel, Makariv y Dmytrivka, y visitó lugares donde se cometieron numerosos homicidios.
En total, entrevistó a 45 personas que habían presenciado homicidios ilegítimos de sus familiares y vecinos a manos de soldados rusos o que tenían conocimiento de primera mano de ellos, y a otras 39 que habían sido testigos de ataques aéreos contra 8 edificios residenciales o que tenían conocimiento de primera mano de ellos.
Los días 1 y 2 de marzo, una serie de ataques aéreos rusos alcanzaron a 8 edificios de la localidad de Borodyanka, a unos 60 kilómetros al noroeste de Kiev, donde vivían más de 600 familias. Amnistía Internacional encontró que al menos 40 civiles murieron en estos ataques desproporcionados e indiscriminados que devastaron todo un barrio y dejaron sin hogar a miles de personas.
En Bucha, a unos 30 kilómetros al noroeste de Kiev, y en varias otras localidades cercanas, la organización documentó 22 casos de homicidio ilegítimo a manos de las fuerzas rusas, en su mayoría presuntas ejecuciones extrajudiciales. Las fuerzas rusas ocuparon Bucha a fines de febrero, y, entre el 4 y el 19 de marzo, mataron a 5 hombres en presuntas ejecuciones extrajudiciales en un recinto de 5 edificios.
Yevhen Petrashenko, gerente de ventas de 43 años y padre de 2 hijos, murió por disparos en su departamento el 4 de marzo. Su esposa, Tatiana, le dijo a Amnistía Internacional que ella se encontraba en el sótano del edificio mientras que Yevhen se había quedado en el departamento. Había ido a ayudar a un vecino cuando los soldados rusos estaban llevando a cabo registros casa por casa. Tatiana perdió el contacto con su marido, cuyo cuerpo encontró en su domicilio al día siguiente un vecino. Tatiana contó: “Yevhen yacía muerto en la cocina. Le habían disparado en la espalda, [cerca de] los pulmones y el hígado. Su cuerpo permaneció en el apartamento hasta el 10 de marzo, cuando pudimos enterrarlo en una tumba poco profunda en el patio”.
La búsqueda de justicia por crímenes de guerra
“Es fundamental poner los derechos de las víctimas en primer plano, tanto en la investigación como en el enjuiciamiento de crímenes internacionales, y todos los mecanismos de justicia deben adoptar un enfoque centrado en las personas sobrevivientes. La búsqueda de la verdad y la reparación es urgente”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Las ejecuciones extrajudiciales cometidas en conflictos armados internacionales constituyen homicidios deliberados, que son crímenes de guerra. Los ataques indiscriminados y desproporcionados llevados a cabo con intención dolosa son también crímenes de guerra.
Todas las personas responsables de crímenes de guerra deben rendir cuentas penalmente de sus actos. Según la doctrina de responsabilidad de mando, los superiores jerárquicos —tanto los mandos militares como los dirigentes civiles, por ejemplo, ministros y jefes de Estado— que sepan o tengan motivos para saber que sus fuerzas están cometiendo crímenes de guerra y no hagan nada para detenerlos o castigar a los responsables deben ser considerados también penalmente responsables.
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Finalmente, los procesos o mecanismos judiciales deben ser lo más exhaustivos posibles, y garantizar que los perpetradores de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, genocidio y del crimen de agresión en Ucrania, de todas las partes en el conflicto, respondan ante la justicia en juicios justos sin recurso a la pena de muerte.