opinión
El título de esta nota, es la opinión del nuevo Ministro de Salud de la Nación Adolfo
Rubinstein, y comparto dicho afirmación.
Para ratificarlo, menciono que en el año 2016
presenté un Proyecto de Ley de PREVENCIÓN, PROMOCIÓN, ASISTENCIA Y
REHABILITACIÓN DE LA OBESIDAD INFANTO-JUVENIL, proyecto que no ha conseguido
el interés necesario por parte del Gobierno de la Ciudad. Tampoco tratamiento en la
Comisión de Salud de la Legislatura porteña, a pesar de las manifestaciones vertidas por
funcionarios nacionales que componen el equipo de salud".
Según el informe del Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional, elaborado por la
Organización Panamericana de Salud/Organización Mundial de la Salud, coloca a nuestro
país encabezando el ranking regional de obesidad infantil.
Habitualmente, cuando se habla de nutrición infantil, se da por sobre entendido que el foco
central es la desnutrición o la alimentación deficitaria; en especial de macro y
micronutrientes. Sin embargo, se han realizado investigaciones y proyectos estadísticos
donde se refleja un aumento significativo del sobrepeso y la obesidad en la edad escolar.
La OMS estima que en diez años, la mayoría de los niños, padecerán este tipo de
problemática, si es que no se realizan cambios radicales en las conductas alimentarias, lo
que generaría como factor de riesgo a futuro distinto tipo de problemáticas como:
- Cardiopatías, resistencia a la insulina (signo temprano de diabetes inminente), trastornos
osteomusculares (especialmente artrosis, enfermedad degenerativa muy discapacitante que
afecta las articulaciones), algunos tipos de cáncer (endometrio, mama y colon) y
discapacidad, sin dejar de lado problemas en la autoestima y calidad de vida.
La falta de información acerca de enfoques sólidos respecto de la nutrición, así como la
limitada disponibilidad y asequibilidad de los alimentos sanos contribuyen a agravar el
problema. La promoción intensiva de alimentos y bebidas híper calóricos para los niños y las
familias lo exacerban más aún.
Nuestra población presenta el mayor porcentaje de Obesidad Infantil. En niños y niñas
menores de 5 años, la prevalencia es del 7.3%.
En este contexto, para luchar contra la epidemia de obesidad infantil y sus enfermedades
asociadas, la responsabilidad individual no es suficiente. Es indispensable implementar
políticas para garantizar a toda la población el acceso a alimentos saludables y disminuir el
consumo de alimentos no saludables, como bien se expone en la Ley N°3.704 de
alimentación saludable variada (PAS) y guía de alimentos y bebidas saludables (GABS).
La puesta en práctica del trabajo destinado a reducir la carga de la obesidad Infanto-Juvenil,
requiere un compromiso político sostenido y de la colaboración integral del Gobierno.
María Patricia Vischi
Legisladora (Bloque Suma+).
Legisladora (Bloque Suma+).