viernes, 2 de febrero de 2018

El Papa Francisco se reunirá con el presidente turco


internacional

Con la mirada puesta en el conflicto entre Jerusalén y Palestina, el Papa Francisco recibirá al presidente turco Recep Tayyip Erdogan en el Palacio del Vaticano el próximo 5 de febrero, días después de que el mandatario de Turquía cancelara su posterior gira por Sudamérica y a dos semanas del lanzamiento de una importante operación militar contra los kurdos de Siria en Afrin el 20 de enero

Si bien ambos líderes mantuvieron contactos en los últimos tiempos luego de la visita del Papa a Turquía en 2014 y coincidieron en la oposición a la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel en diciembre de 2017, la relación entre Turquía y el Vaticano empeoró fuertemente luego del reconocimiento del Genocidio Armenio por parte del pontífice argentino, que continuó la línea del Papa Juan Pablo II, quien lo reconoció oficialmente en el año 2000.

A pocos meses de haber asumido como Papa, el 8 de junio de 2013 la Cancillería turca emitió un comunicado criticando las "expresiones que reflejan las opiniones unilaterales de los armenios con respecto a los acontecimientos de 1915" por parte de Francisco, tras recibir a una delegación de la Iglesia Católica Armenia del Líbano. "Se sabe que el Papa, antes de ser elegido para su cargo actual, mientras era arzobispo de Buenos Aires, hizo declaraciones en apoyo al punto de vista de los armenios, interpretando la historia desde su propia perspectiva", le criticó la Cancillería, a pesar que el Papa Juan Pablo II ya había reconocido el genocidio en el año 2000.

El punto de tensión más alto llegó el 12 de abril de 2015, durante la misa en la Basílica de San Pedro a días de conmemorarse el centenario del genocidio contra los armenios. Ese día, el Papa Francisco dijo que "el primer genocidio del Siglo XX fue el de los armenios", lo que causó que la Cancillería turca llame a consultas al embajador de Turquía en el Vaticano. "Durante esta Santa Misa, la historia fue instrumentalizada para fines políticos", dijo la Cancillería turca, que a la vez denunció que el Papa Francisco estaba "bajo la influencia de la narrativa armenia". El propio Erdogan "condenó" las declaraciones del Papa y agregó que "cuando los políticos y los religiosos asumen el trabajo de historiadores, no dicen verdades, sino estupideces". Al cierre de su gira por Armenia, el Papa Francisco visitó la iglesia Khor Virap, al pie del Monte Ararat y a pocos kilómetros de la frontera con Turquía, donde rezó y soltó palomas en señal de paz en dirección a la frontera que el gobierno turco mantiene cerrada unilateralmente.

En junio de 2016 se reavivaron las tensiones durante su visita a Armenia, cuando el Papa, tras reunirse con el Presidente armenio, declaró que "el Genocidio Armenio inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado" y visitó el Tzitzernakaberd, el memorial del genocidio. "El hecho de que el Papa Francisco fuera al "monumento del genocidio' durante su visita a Armenia entre el 24 y 26 de junio, hiciera declaraciones desafortunadas sobre los incidentes de 1915, hiciera referencias inaceptables sobre los incidentes de 1915 en una declaración conjunta con el Catolicós armenio e hiciera declaraciones que ya se demostraron que son mentiras y calumnias al regresar, mostró el compromiso incondicional de Francisco con la narrativa armenia", declararon las autoridades turcas en ese momento.

Durante una conferencia de prensa en el avión de regreso a Roma, el sumo pontífice reconoció que en su discurso original no estaba la palabra "genocidio": "Luego de haber escuchado el tono del Presidente y también por mi pasado con esta palabra, y tras haberla dicho el año pasado en San Pedro públicamente, habría sonado muy extraño no decir lo mismo", aclaró, haciendo hincapié en que quiso subrayar que en ese genocidio "las grandes potencias internacionales miraban a otra parte". "En Argentina cuando se hablaba del exterminio armenio, siempre se usaba la palabra genocidio. Yo no conocía otra", agregó, al tiempo que reconoció que hubo presiones dentro del Vaticano para que no use esa palabra.