lunes, 27 de mayo de 2019

El peligro del management “forzado” a incorporar tecnología


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El Big Data, la Robótica, el Internet de las Cosas o la Inteligencia Artificial, por nombrar algunas tecnologías, nos desafían a salir de los moldes e innovar. Es tanta la presión del mercado, de los accionistas, de las gerencias, de la competencia y de los medios de comunicación que muchas veces el management se ve forzado o urgido a incorporar tecnología, y esto puede ser más un problema que una solución.

¡No vayas al supermercado con hambre!

No ir de compras al supermercado con hambre es siempre el consejo de un especialista. Lo aconsejan también los nutricionistas cuando vamos a una fiesta: nunca ir con el estómago vacío. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: vamos a comprar muchas cosas que no necesitamos.

Las neurociencias nos permiten explicar que es lo que se esconde debajo de este concepto. Los seres humanos tendríamos tres maneras de procesar la información: una racional, otra emocional y una tercera intuitiva. Las reacciones intuitivas son las más primitivas, las más “básicas” y por lo cual sus circuitos de acción y reacción son más rápidos. Las otras dos, la emocional y la racional, tienden a tener tiempos de respuesta más lentos.

El cerebro primitivo, el que maneja los reflejos involuntarios, es el que busca nuestra supervivencia y la de nuestra especie, y por ello sabe que el error se paga caro.

De forma análoga, cuando vamos de compras con hambre, el instinto de supervivencia nos hará llenar el carrito con todo lo que veamos como tentador y estaremos “comiendo” con la vista, con la memoria y con el deseo. Llenaremos nuestra bolsa con cosas que jamás consumiremos, que no podemos comer todas juntas, o que incluso superan nuestra capacidad de ingesta. El circuito “primitivo” puentea al razonamiento, nos obnubila y nos lleva a hacer cosas que si pudiéramos detenernos a razonar, seguramente no haríamos.

¿Qué hacemos con la innovación y la tecnología?

Si como empresa vamos de “compras” con necesidad o presión por innovar, seguramente terminaremos comprando tecnologías que o no necesitamos, o no están maduras, o no podemos aprovechar o no se enfocan en nuestros problemas, nuestras metas y necesidades estratégicas. En algunos casos, el management tendrá que decidir frente a la posibilidad de implementar modelos innovadores que les funcionaron a otros, y muchas veces esos modelos estandarizados no funcionarán como se espera cuando se enfrenten a la realidad y complejidad de cada organización, con estructuras y culturas diferentes.

Cuando el mercado, o nuestras estructuras internas nos presionan a innovar, actuamos muchas veces como lo haríamos con hambre en un supermercado, entramos en una carrera frenética por llenar el “Changuito”. Salir de compras, en especial cuando de tecnología se trata, debe ser un proceso planificado y ser encarado mirando los 360 grados de la empresa. No solo pensando en Marketing o en comunicación o en Imagen, o en eficiencia, o en la competencia o en nuestra experiencia, sino pensando en todo esto junto y más.

La tecnología es un medio, no un fin en sí mismo.

De hecho, la innovación en sí no tiene nada que ver con la tecnología, es mucho más que solo tecnología. La innovación es consecuencia de una mentalidad y precisa de una cultura que atraviese a las personas que conforman una organización. Por eso, a la hora de hablar de innovación, necesitamos priorizar los cambios necesarios no solo mirando que hace la competencia y las tendencias del mercado, sino mirando hacia adentro. Necesitamos saber quiénes somos y que queremos ser. Conocer nuestra cultura organizacional y entender las dificultades que podremos enfrentar para elegir con más inteligencia los desafíos que encararemos en primer lugar.

Las empresas que están posicionándose como innovadoras, al implementar cambios digitales, lo logran por la cultura de innovación que instalan en su estructura, la cual está centrada en algo más allá que solo tecnología.

Por Gabriel Mysler
Consultor en Innovación digital. Managing director de Integrity Meter.