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De qué se trata la innovación que permite “encapsular” en micelas todas las partículas presentes en el fuego hasta hacerlo desaparecer. Además posee una importante disminución de costos, ya que se adiciona al agua, superando hasta 5 veces más su poder de enfriamiento
Los recientes incendios en la provincia de Córdoba dejaron cifras alarmantes: arrasaron más de 40 mil hectáreas de bosques nativos y campos en sólo 14 días. Tan solo en Córdoba, estadísticas indican que en los últimos 20 años en la provincia se quemaron unas 770.000 hectáreas. Además de la pérdida material y el impacto de la catástrofe natural, quedan las consecuencias del uso de agentes en la lucha con el fuego, que son negativos para la sustentabilidad y la fertilidad de los suelos, por su alto contenido de flúor. De hecho, algunos países como Estados Unidos, principalmente en California, han implementado la prohibición de estos agentes extintores.
Además del suelo, esto trae consecuencias muy negativas para los residentes locales, los animales autóctonos y domésticos, y para el personal de bomberos, que se enfrenta a todas las emanaciones cancerígenas que se generan en el humo del incendio forestal. “Esto se puede evitar con nuevas tecnologías encapsuladoras que funcionan envolviendo en micelas todas las partículas presentes en el fuego, y lo desaparecen por completo, encapsulando los hidrocarburos interrumpiendo la reacción química en la cadena de los radicales libres, para romper la estructura química que sostiene al fuego, y absorber todas las emanaciones dañinas para los seres humanos, fauna y medioambiente” comenta Daniel Vernik, Presidente en Grupo Georgia, empresa con más de 50 años trabajando en la prevención y la seguridad contra incendios.
Esto es particularmente interesante para usar en todo tipo de equipos contra incendios como autobombas, motobombas, aviones, helicópteros, vehículos contra incendios, extintores y las mochilas forestales, por ejemplo, que utilizan los bomberos ya que el agua que cargan por lo general, donde les es posible, incluso agua salada y agua proveniente de lagos, lagunas, ríos o arroyos. “Agregando este aditivo al 1%, se logra hacer más efectiva el agua hasta más de 5 veces. De esta manera también disminuyen la cantidad de viajes para recargar la mochila, se reduce la toxicidad del humo que respiran los brigadistas y su estrés laboral” comenta Daniel Zanelli, Director Comercial en Grupo Georgia, haciendo alusión al F-500 EA, uno de los últimos lanzamientos de la empresa.
Este tipo de productos con tecnología encapsuladora también benefician al medioambiente al tener un PH neutro, que evita el daño permanente del suelo. Además de la sustentabilidad, presenta otras ventajas como eficacia y rapidez al apagar incendios en forma segura, bajando drásticamente la temperatura y manteniéndola así en el tiempo, resulta más eficiente y cuesta un tercio de lo que sale el producto habitual, como las espumas tradicionales ya que se utiliza menos producto.
Además, esta nueva tecnología contribuye a combatir incendios que no pueden ser atacados solamente con el agua, como los que se propagan en hidrocarburos (petróleo, nafta, gas oil, etc.), baterías de litio-ion y fuegos de metales combustibles. "Cuando se utilizan las espumas tradicionales, con el correr del tiempo la capa que se encuentra en la parte superior disminuye con el tiempo, así los combustibles pueden generar vapores y producir una reignición espontánea. Además este tipo de espumas no logra extinguir fuegos tridimensionales, ni fuegos con gases o líquidos a presión.” explica Zanelli. Este agente encapsulador se puede utilizar en lugares donde hay todo tipo de materiales combustibles, En cuanto a las baterías de litio, los fuegos generados por este tipo de dispositivos son sumamente peligrosos porque elevan 1000°C y cuando se utiliza agua para su extinción, se genera un choque térmico por diferencia de temperatura.
Por último, cuando se trata de agentes extintores, la manipulación debe ser cuidadosa ya que de ella depende la vida de las personas y el resguardo de los bienes. Por eso es muy importante chequear que los mismos cuenten con las certificaciones pertinentes. “En nuestro caso el F-500 EA cuenta con las más altas certificaciones, UL (Underwriters Laboratories de EEUU y Canadá) y con la aprobación de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA).” finalizan desde la empresa argentina Grupo Georgia.