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En la semana de la movilidad sostenible, Greenpeace reclamó al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la habilitación de 500 km de ciclovías para 2023 y señaló la falta de mantenimiento en muchos de los carriles exclusivos existentes.
“La explosión del uso de la bicicleta como medio de transporte y para recreación en las ciudades y en Buenos Aires en particular, es una realidad que debemos aprovechar”, declaró Bruno Giambelluca, integrante del equipo de Campañas de Greenpeace. “Es necesario mejorar el estado en que se encuentran las ciclovías y hacer que la red alcance a todos los barrios de la Ciudad”.
Actualmente Buenos Aires cuenta con 250 km de carriles exclusivos, según datos oficiales. Muchos de ellos de doble circulación y en estado precario de mantenimiento, con desniveles y baches, además de la falta de control del estacionamiento de automóviles sobre su traza.
La cantidad de viajes en bicicleta en la ciudad se multiplicó desde el comienzo de la pandemia en un 114%. El fenómeno se registra en distintos niveles en todo el mundo y refuerza la tendencia de los últimos años.
El congestionamiento de pasajeros en el transporte público hizo que el uso de la bicicleta se empiece a imponer como medio de transporte, ya que asegura la distancia social y reduce el riesgo de contagio.
“Si Buenos Aires aspira a convertirse en una ciudad inteligente en la cual las personas sean el centro y no los automóviles, debe adoptar un programa agresivo de expansión de ciclovías seguras; 500 kilómetros para 2023 y 300 km de ciclovías transitorias para fines de este año, es una cifra razonable para una Ciudad como la nuestra”, dijo Giambelluca.
El reclamo de Greenpeace incluye la reducción de la velocidad de los automóviles a 30 y 50 km por horas en calles y avenidas con ciclovías, respectivamente, además del control y penalización del estacionamiento y la extensión a todos los barrios, especialmente en el Sur/ Suroeste de la ciudad, donde hoy la hay conectividad es menor que en otros puntos de la Ciudad.