economía
Desde el año 2018 la Secretaría de Energía viene llevando adelante pruebas piloto
de etiquetado energético de viviendas en toda la Argentina para analizar el
desempeño energético de las viviendas del país
En el marco del Primer Congreso Argentino de
Etiquetado Energético de Viviendas realizado el pasado mes de octubre, organizado
por AGBC (Argentina Green Building Council), ANDIMA (Asociación Nacional de
Industrias de Materiales Aislantes) y el INCOSE (Instituto de la Construcción en Seco),
se presentaron los resultados de la prueba piloto de etiquetado energético de
viviendas realizadas por la Secretaría de Energía de la Nación en diferentes
regiones y provincias del país con el objetivo de analizar el desempeño y el nivel de
eficiencia energética de las viviendas, determinando valores promedio y los factores
que influyen en dicho desempeño y así poder trabajar en la homogeneización del IPE
(Índice de Prestaciones Energéticas) en cada región del país. El Índice de Prestaciones
Energéticas es un valor característico de la vivienda que representa el requerimiento de
energía primaria que tendría la normal utilización de la misma, durante un año y por
metro cuadrado de superficie, para satisfacer las necesidades de calefacción en
invierno, refrigeración en verano, producción de agua caliente sanitaria e iluminación.
Llevar adelante esta prueba piloto implicó:
- Capacitar a 76 formadores para dar cursos de etiquetado energético de
viviendas
- Realizar 16 cursos de certificadores
- Contar con 825 profesionales formados
- Etiquetar a 1357 viviendas, distribuidas entre las provincias de Salta,
Tucumán, Mendoza, Santa Fe, las ciudades de Buenos Aires, Rosario y
Bariloche y las zonas de Alto Valle y la costa argentina
En cuanto a los resultados, la prueba arrojó los siguientes valores de IPE (Índice de
Prestaciones Energéticas) de cada región, analizados en función a 3 factores: 1)
consumo de calefacción y consumo de refrigeración, determinado en gran medida
por la aislación térmica eficiente en techos y muros; 2) agua caliente sanitaria, de
acuerdo al nivel de eficiencia de los equipos instalados; y 3) la iluminación,
dependiendo si es natural o artificial. Igualmente hay otro factor que se tuvo en cuenta
que fue el clima de cada región, que también tiene impacto sobre el consumo de
energía, ya que no todas las zonas pertenecen a la misma región bioclimática.
Los valores de IPE (Índice de Prestaciones Energéticas) obtenidos de las viviendas
analizadas en la prueba piloto, dejan de manifiesto que el parque edilicio no llega a los
niveles requeridos de eficiencia energética y, además, consumen más energía de
aquella que corresponde. Este bajo nivel de eficiencia energética en dichas viviendas
se debe principalmente, a la falta o poca aislación térmica eficiente en muros y techos y
por instalaciones y artefactos poco eficientes energéticamente. Esto deja a las claras
que aún existen deudas en cuestiones de consumo de energía y construcciones sustentables y que por delante como país se tiene un gran desafío y un camino a
recorrer en lo que a eficiencia energética se refiere.
Es por esta razón que la Etiqueta de Eficiencia Energética de Viviendas se vuelve una
herramienta clave para establecer los estándares de edificación necesarios para
determinar el nivel de eficiencia energética de una propiedad. La etiqueta es un
documento en el cual figura la Clase de Eficiencia Energética, (escala de letras, desde
la “A” hasta la “G”) asociada a un rango de valores del Índice de Prestaciones
Energéticas (IPE). En un hogar de familia tipo el consumo de energía eléctrica
promedio es de 150 a 300 Kw/h mensuales y el consumo promedio de gas es de 762
m3. Pero estos números pueden variar de acuerdo a diferentes factores, como:
Características de la aislación térmica eficiente en muros y techos que permite
abrigar las viviendas, impidiendo que entre el calor en verano y frío en invierno
Estaciones del año: los picos más altos de consumo eléctrico en una casa se
dan tanto en verano como en invierno por el uso de aire acondicionado.
Metros cuadrados de la casa: hay mayor gasto de energía eléctrica en un
hogar de grandes dimensiones. Cantidad y tipos de artefactos eléctricos y su eficiencia
Número de habitantes en la vivienda.
Cantidad de horas en casa; por ejemplo, a raíz de la pandemia, se trabajó más
tiempo desde la casa e, inevitablemente, esto generó mayor consumo eléctrico y
gas en el hogar.
Es así como la Etiqueta de Eficiencia Energética de una vivienda cumple funciones
clave entre las cuáles se destacan:
- Permite cuantificar el IPE (Índice de Prestaciones Energéticas)
- Ser una herramienta clave de decisión tanto para operaciones inmobiliarias, la
evaluación de nuevos proyectos o realizar intervenciones en viviendas existentes.
- Genera un valor agregado para la propiedad
- Promueve inversión, desarrollo y trabajo verde local
Desde el aspecto de políticas públicas, es importante que los gobiernos tengan en
cuenta la importancia y los beneficios para la sociedad de las etiquetas de eficiencia
energética, sobre todo cuando se construyen viviendas sociales. Estas deberían
garantizar las mejores soluciones constructivas, orientadas a mejorar los estándares de
sustentabilidad, optimizando las prestaciones del IPE, a través de estrategias como la
ATE que brinda diferentes beneficios:
Mejorar la calidad de vida de los habitantes mediante un mejor confort térmico,
mayor habitabilidad, mejores condiciones en los ambientes para la salud de
quienes habitan, menor contaminación y mayor durabilidad de la vivienda.
Reducir el consumo de combustibles destinados a calefaccionar y refrigerar las
viviendas; ayudaría a lograr ahorros de energía de hasta un 70%,
Promover y estimular la actividad productiva, industrial, académica, gremial y de
investigación.