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El viceministro de Salud de la Nación, Eduardo Bustos Villar, ratificó que a partir del 10 de diciembre próximo “comienza a regir en su totalidad” el cambio en el Código Alimentario que prohíbe las grasas trans en los alimentos industrializados, al disertar hoy representando a la República Argentina en la II Conferencia Internacional sobre Nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que delibera en Roma.
“El 2014 es el año de ‘Argentina libre de grasas trans’: esto constituye una muy buena noticia para la salud cardiovascular dado que a partir del 10 de diciembre de este año comienza a regir en su totalidad el cambio en el Código Alimentario Argentino a partir del cual la industria de alimentos no podrá fabricar ni comercializar productos que contengan grasas trans”, indicó ante representantes de 170 países reunidos en ese foro.
Señaló que esta decisión está acompañada por la implementación del Plan Nacional Argentina Saludable enfocado en “combatir la creciente epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles”, que tiene como prioridad prevenir los trastornos alimentarios, el sobrepeso y la obesidad, para lo cual ya se han hecho tres Encuestas Nacionales de Factores de Riesgo.
La II Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2) es un foro intergubernamental convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que deliberará entre hoy y el viernes 21 en Roma bajo el lema “Mejor nutrición, mejor vida”, con la participación de representantes de 170 países. Bustos Villar preside la delegación nacional, que también integran el embajador Claudio Rozencwaig, quien es representante permanente ante la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), y Enrique Abeya, el coordinador de Nutrición de la subsecretaría de Salud Comunitaria, Maternidad e Infancia de la cartera sanitaria nacional.
Luego de señalar que nuestro país es “excedentario en la producción de alimentos, lo cual lo hace netamente agroexportador, por lo que tiene históricamente suficiente disponibilidad de alimentos”, el viceministro de Salud apuntó que “desde esa perspectiva, las políticas públicas orientadas a mejorar el empleo, el ingreso y su distribución en la población tienen un impacto importante en la nutrición y seguridad alimentaria, y ejemplo de ello son en nuestro país la Asignaciones Universales por Hijo y por Embarazo”.
“El estado nutricional de la población es la consecuencia de diferentes aspectos multidimensionales, entre los que se incluyen el acceso a alimentos en cantidad y calidad y su selección individual”, aseguró Bustos Villar, quien reivindicó “el rol del Estado para que estos aspectos se desarrollen ya que es quien puede incidir favorablemente en el acceso a los alimentos a través de políticas públicas de generación de empleo y mayor equidad en el poder adquisitivo de los ingresos”. Y añadió que “el Estado promueve la formación de estilos de vida y hábitos alimentarios saludables en la población en forma directa o a través de agentes de salud u otros actores de la sociedad, para que una vez asegurado el acceso a los alimentos, la selección de los mismos por parte de la población sea la adecuada”.