economía
El informe de inflación que cierra los datos del 2020 señala que la dinámica de los últimos meses del año es preocupante. Si la tendencia se mantiene, 2021 podría cerrar con un alza de precios similar a la de 2019. Sin embargo, en paralelo al recalentamiento inflacionario, viene teniendo lugar una mejora sostenida en el nivel de actividad económica
“En diciembre la inflación de las y los trabajadores se aceleró al 4,3% y alcanzó el mayor valor del año. De este modo, 2020 terminó con una inflación acumulada del 35,7%. Si bien esto representa una desaceleración de 16,3 puntos respecto al 52% alcanzado en 2019, la dinámica de los últimos meses es preocupante”, destaca el informe del cierre de las estadísticas sobre inflación del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).
Según explica este centro de estudios, “entre los motores simultáneos de la suba, que no habían estado presente en los últimos meses, se encuentra en primer lugar la carne vacuna, que subió 14,5% en diciembre (y 56% en el año, unos 20 puntos porcentuales por encima del promedio). En segundo lugar, está el hecho de que en diciembre se produjeron importantes aumentos en el rubro turístico, de la mano de las reaperturas y la cercanía con las vacaciones: a modo de ejemplo, los paquetes turísticos para viajar dentro del país se encarecieron 45,1% y los ómnibus de larga distancia un 8%”.
También detalla el informe que “hubo otros factores que incidieron, como el aumento de las prepagas, que treparon 10% en diciembre. A lo que se sumaron servicios ligados a la recreación (que habían estado sin actividad en los meses previos) reabrieron con fuertes alzas: por ejemplo, las canchas de fútbol subieron 17%. También los servicios vinculados a enseñanza (como las cuotas de las universidades privadas) subieron 21% en diciembre, traccionando las alzas en un rubro que casi no había tenido movimientos desde el inicio de la pandemia”.
A su vez, explica el IET, “hubo productos que venían subiendo intensamente en los últimos meses y que en diciembre continuaron haciéndolo. Es el caso de las bicicletas, que subieron 11,4% en el último mes del año, los muebles 4,6% y las heladeras un 3,5%”.
Por otro lado, entre los productos que dieron alguna tregua, “se encuentran las verduras, que bajaron 3,8% (impulsadas por el tomate, cuyo precio por kilo empezó diciembre en $125 y terminó en $50)”, según revela el estudio.
Entre las conclusiones, el IET revela en su informe que “el último trimestre del año fue preocupante en materia de inflación. El 4,3% de diciembre fue precedido por un 3,1% en noviembre y un 3,4% en octubre, lo que implica una suba del 11,2% trimestral. Si esa tendencia se repitiera durante los próximos tres trimestres, la inflación anualizada sería del 52,9%, asimilándose a la de 2019”.
El costado positivo del informe advierte que “en paralelo al recalentamiento inflacionario, viene teniendo lugar una mejora sostenida en el nivel de actividad económica, que en octubre anotó su sexta suba mensual consecutiva y se ubicó 5% por debajo de los niveles de febrero”.
Según el INDEC, la industria creció 4,5% interanual, incluso superando los niveles prepandemia, y la construcción también se expandió -6,2% interanual-, y superó en 17% los niveles de febrero. “Ambos sectores empiezan a generar puestos de trabajo: en el caso de la industria, el empleo subió por quinto mes consecutivo en octubre, e incluso se superó en más de 4.000 puestos los niveles de febrero. Lo significativo es que desde 2015 la industria subía cinco meses seguidos su nivel de empleo”, indica el IET.
Además, enfatiza como conclusión que: “estos indicios alentadores en la actividad coexisten con nubarrones en el horizonte. La cuestión inflacionaria será uno de los temas fuertes del 2021. Abordarla exitosamente será clave para una recuperación ordenada en la que el salario real pueda subir sostenida y sosteniblemente. Aunque la pandemia está lejos de haber terminado, pues desde diciembre suben los casos de coronavirus en el país y esto puede dificultar la recuperación económica debido a posibles nuevas restricciones y las personas puedan bajar el consumo; lo cierto es que la vacuna permite pensar en la normalidad en un plazo no muy lejano. El camino todavía es arduo y lleno de desafíos”.