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En sólo seis meses se desmontaron en el norte del país más de 45 mil hectáreas. Casi la mitad de estos desmontes son ilegales y ocurren en zonas protegidas por la Ley de Bosques. Greenpeace lanzó un reciente informe donde a través de imágenes satelitales muestra el avance de la destrucción forestal.
“Se aplican multas a los infractores de la Ley de Bosques pero no son suficientes para desalentar el delito; en muchos casos es clara la complicidad de los funcionarios en la violación de la normativa legal”, explicó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace. “Estamos pidiendo una Ley penal que sancione a los responsables de destruir los bosques nativos con penas de 2 a 10 años de prisión. Quienes destruyen los bosques no son empresarios, son delincuentes”.
Según un informe de la ONG que compara imágenes satelitales, la superficie desmontada entre enero y junio de 2017 en las provincias de Salta, Santiago del Estero, Formosa y Chaco fue de 45.470 hectáreas. El 42% ocurrió en áreas donde estaba prohibido.
Este semestre, el podio es para Chaco, con 17 mil hectáreas, 10 mil de ellas ilegales; Santiago del Estero con 13.707 hectáreas desmontadas, 8.083 hectáreas eran bosques protegidos; y Formosa con 7.754 hectáreas de bosques nativos, 136 hectáreas destruidas ilegalmente. Muy cerca está Salta, donde se deforestaron 7.009 hectáreas, de las cuales 678 hectáreas estaban protegidas.
Datos oficiales confirman que, desde la sanción de la Ley de Bosques (año 2007) hasta fines de 2016 se deforestaron 2,4 millones de hectáreas, de las cuales más de 750 mil eran bosques protegidos. Las principales causas de la pérdida de bosques son el avance de la frontera agropecuaria (soja transgénica y ganadería intensiva) y los incendios.
Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ubicó a Argentina entre los diez países que más desmontaron entre 1990 y 2015: se perdieron 7,6 millones de hectáreas, a razón de 300 mil hectáreas al año.