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Ya han pasado tres meses desde que dos huracanes de categoría cinco, Irma y María, arrasaran las islas del Caribe dejando a su paso alrededor de 200 muertos y graves daños materiales. Miles de niños siguen necesitando ayuda en toda la región y la vuelta a la normalidad está todavía muy lejos, alerta el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Irma, el huracán más feroz jamás registrado en el Océano Atlántico, causó grandes daños en las islas del Caribe Oriental, Haití y Cuba. Días después, el huracán María causó más daños en toda la zona. Ambos huracanes dejaron a 350.000 niños y niñas necesitados de asistencia humanitaria, según las estimaciones de UNICEF.
“Tres meses después, UNICEF sigue en el terreno en estos países y territorios, trabajando en programas para apoyar a los niños y sus familiares a reconstruir sus vidas y regresar a la normalidad”, dijo María Cristina Perceval, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe.
Los desafíos continúan y muchas de las familias más vulnerables siguen sintiendo los efectos de los huracanes.
En Dominica, más del 35% de los niños y niñas, especialmente los que viven en refugios, aún no se han inscrito en actividades educativas.
En Antigua y Barbuda, la situación es parecida y muchos no pueden regresar a sus hogares.
UNICEF no solo ha proporcionado ayuda humanitaria inmediata a las poblaciones afectadas, como acceso a agua potable, refugio o servicios sociales básicos, sino que también ha trabajado, en colaboración con los Gobiernos y organizaciones aliadas, para garantizar la recuperación y la resiliencia a más largo plazo. NacionesUnidas