cartelera
Unas de las obras elegidas por Messuti |
Te quedan dos días para disfrutar de la muestra "hilos" que Gaby Messuti presenta en el ciclo La línea piensa. CIERRE domingo 10 de noviembre de 18:00 a 20:00.
Ciclo La línea piensa
curador Eduardo Stupia
CC Borges. Viamonte esq. San Martín
De lun a sáb de 10 a 21 hs. - Dom de 12:00 a 21:00
CIERRE domingo 10 de noviembre de 18:00 a 20:00
Abro un hilo en twitter. Vitalizar. Viralizar, me pone el corrector. Me disperso y me concentro formando cúmulos y tornados. Pelitos capilares transfieren información mientras Spiderman trepa y teje mundos entre varios anillos por la noche. Una banda reversible se mueve por acantilados de un mar familiar. Los tiempos y los espacios se unen, hilvanan y descosen. Hilos que se ven y no se ven, omnipresentes, escondidos, subyacentes. Un ovillo es un nido? Si tiro del hilo, hasta dónde llego?
Gaby Messuti
Todo artista, aún el más agnóstico, tiene un credo. Una suma, o combinación, de convicciones, revelaciones, decisiones y certezas con las cuales enfrenta las diversas coyunturas que le tocan, en el ejercicio consciente de su rol. El dogma de fe de Gaby Messuti es, como corresponde, fanáticamente secular y a la vez cercano a una cierta noción trascendentalista de la experiencia, en la productiva imbricación de la acción física, la reflexión y la imaginación.
Los “hilos” a los que se refiere el título de la muestra de la artista en La Línea Piensa no solamente aluden, entonces, a la génesis lineal y textural que exhiben sus inesperados escenarios, a la corporeidad enmadejada de esas partículas elementales que sobrevuelan las tormentosas atmósferas de sus manchas, sino a la búsqueda gráfica de la punta del ovillo conjetural en pos de aquello oculto, perdido, olvidado, y también de lo desconocido que acecha en la inmanencia.
Se trata, como ella misma dice, de explorar “territorios según el entretejido de lo diferente”, que abonen la incógnita de lo que vendrá, de lo que está ahí pero que aún se escapa latente. Como en una hipótesis de persuasión animista, Messuti deja que las propias cualidades universales de la materia que utiliza la sorprendan, porque sabe que ello garantiza “diversos modos de hacer”. Esta evidente ductilidad es bien propia de quien, como ella, no se resiste al apego de fuentes iconográficas que la acercan al paisajismo simbolista y romántico, abrevando de “referencias reales de rocas y mares” para una invención reversible como un guante, una “topografía que se muestra de un lado y del otro, donde lo extraño resuena familiar”, y lo familiar se escapa apenas creemos haberlo identificado.
La artista desarrolla su fantástica geografía de luces y sombras, de marejadas y relámpagos, de arborescencias y fungosidades, transitando el delgado hilo de la representación que de repente se torna inapresable, porque para ella se trata de exponer “relaciones, y no cosas”, dado que “eso constituye lo que somos”. Una delicada declaración de principios para quien quiera creer, junto con la autora, en la necesidad de una praxis y un sistema de metáforas visuales para la íntima examinación analógica del espíritu y el sentido de lo humano.
Eduardo Stupia