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Bajo el lema “La inclusión digital es también inclusión social”, el área de Adultos Mayores de AMIA se encuentra trabajando fuertemente en diferentes proyectos de acompañamiento a la gente mayor para que incorpore y utilice herramientas tecnológicas.
“El tema de la inclusión digital siempre estuvo presente en los talleres que realizamos desde el Centro Integral de Adultos Mayores (CIAM)”, señala Sebastián Fridman, coordinador general del área de Adultos Mayores de AMIA. “La pandemia aceleró los tiempos y puso en evidencia la importancia de saber usar Internet, redes sociales y distintas aplicaciones para seguir en contacto con los seres queridos y realizar todo tipo de actividades”.
Atendiendo a esta realidad, desde el momento en que se decretó el aislamiento obligatorio, AMIA puso en marcha un programa intergeneracional, por el cual jóvenes voluntarios comenzaron a llamar a personas mayores para facilitarles el uso de las diferentes herramientas tecnológicas.
Para esta tarea, los voluntarios –muchos de los cuales llegaron a través de la convocatoria realizada por el área de Juventud de AMIA- contaron con el asesoramiento del equipo profesional del CIAM.
En el tiempo compartido juntos, facilitadores digitales y personas mayores lograron que dejara de ser imposible hacer videollamadas por WhatsApp, usar la plataforma Zoom o la red social Facebook, o bajar al teléfono celular aplicaciones para poder hacer las compras.
“El uso de estas herramientas lleva a que las personas sumen conocimientos para poder luego realizar gestiones relacionadas, por ejemplo, con trámites en instituciones bancarias o de salud. La inclusión digital también ayuda a optimizar tiempos, recursos y mejorar la calidad de vida”, indica Fridman.
El trabajo de los voluntarios permitió que más gente se pudiera sumar a los talleres online que propone el CIAM y pudiera estar más conectada con familiares y amigos. También permitió la generación de nuevos vínculos y de momentos muy especiales. Como el que compartió Candelaria, estudiante de Psicología de la UBA que se encuentra realizando prácticas profesionales en AMIA.
Conmovida por el testimonio que oyó, escribió un mail al equipo del CIAM: “Tengo buenísimas noticias: ¡Ana Gutman pudo participar hoy del taller de comedia musical por Zoom!” Gracias al proyecto de inclusión digital y a la voluntaria que la asistió, Ana pudo no sólo aprender a usar wi-fi, bajar la plataforma a su tablet y volver a bailar con sus compañeros después de mucho tiempo, sino que ahora participa a menudo en reuniones virtuales con sus familiares.
Experiencias como éstas llegan a diario al CIAM y emocionan a todos quienes las escuchan. “Son un ejemplo de cómo la tecnología hoy está presente en nuestras vidas y de cómo todos necesitamos saber usarlas”, remarca Sebastián Fridman.
Para el coordinador general del área de Adultos Mayores de AMIA, es necesario que de manera conjunta las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y los gobiernos trabajen para reducir la brecha digital y promover el acceso a dispositivos y a la conectividad en las personas mayores. “La inclusión digital es también inclusión social. Hoy es un derecho que nadie puede poner en discusión”, sostiene Fridman.
Como consecuencia del crecimiento de la población adulta mayor ante el aumento de la expectativa de vida y las actuales tendencias demográficas, nuestro país atraviesa un escenario de envejecimiento poblacional. “En este contexto desarrollar programas para que las personas mayores tengan la oportunidad de incorporar habilidades y destrezas que faciliten el uso de dispositivos tecnológicos se vuelve un desafío crucial que no se puede soslayar”, concluye el coordinador del área de Adultos Mayores de AMIA.