cartelera
Este viernes y sábado de 18:00 a 22:30 recorré la muestra junto a Sergio Artola en la Noche de las peatonales en Local 15 Pasaje Pan en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe.
En 1998, cuando Sergio Artola comenzaba sus estudios de artes visuales, Giovanni Sartori publicaba Homo videns. Su generación, previa a los video-niños, ya conocía la televisión a
color y la imagen estaba instalada en la vida cotidiana de las ciudades. Sartori reflexiona
sobre la televisión como un “ver de lejos”, ser espectador de cosas que suceden en
cualquier sitio, a distancia. Lo que advierte en su libro es que la televisión modifica
sustancialmente la relación entre nuestro modo de entender y ver la realidad; por ello los video-niños, al convertirse en adultos, responden casi exclusivamente a los
estímulos audiovisuales. Si bien pasaron veinticinco años desde la publicación del libro, algunas
reflexiones están por fuera de los paradigmas de la cultura actual (de por sí diversa) y las
benevolencias y contradicciones de una humanidad hiperconectada. Hay una advertencia
para no perder de vista: la pérdida de capacidad de abstracción y del pensamiento
conceptual, que se evidencia en el poder que tienen los medios masivos de comunicación y el “cibermundo”. Cuando la información circula y la construcción de la opinión pública es teledirigida no sabemos si estamos hablando de información o su contrario: la desinformación, si es verdadero o falso. Como dice Sartori, “todo es uno y lo mismo”.
En esta dirección, no es casual que Sergio Artola retome este libro porque a diferencia de la sociedad teledirigida de Sartori, para Artola los libros forman parte de su universo, como inspiración o como obra. La palabra y el papel impreso, como fondo y figura de sus trabajos, son la materialidad que representa a un grabador y collagista como él.
Si nos detenemos en la iconografía de la serie Homo Videns, encontraremos referencias a
Extracción de la piedra de la locura como un claro homenaje a El Bosco, un artista que
retrataba la hipocresía pendular de una humanidad que oscilaba (y aún lo hace) entre lo sagrado, (o no tanto) y lo terrenal. En una de las obra hay una frase que
dice: “Meester snijt die keie ras, Mijne name is Lubbert Das”, cuya traducción sería: ,
“Doctor, quíteme pronto esta piedra, mi nombre es el del engañado”.
Sergio Artola, en estos retratos gráficos, condensa en sus personajes ideas e imágenes que
saca de su propia caja de sorpresas. Posiblemente el engañado, lo fue por el payaso mediático
desinformante que emana de radios y televisores, con un embudo como sombrero, al que
podríamos asociar con el hombre de hojalata del mago de Oz. Ese personaje no contaba con un corazón y con su hacha de leñador denotaba poder y fuerza aunque por dentro fuera hueco.
Por otro lado siempre se observa a Alejandra Pizarnik como una fuente de inspiración latente ; sus poemas subyacen y atraviesan todo el trabajo del artista. La poeta, influenciada también por El Bosco, escribe en 1968: “Cúrame del vacío…”. Así se unen las historias de mentes atormentadas, que no encajan en el sistema, como lo era también la del escultor alemán Franz Xaver Messerschmidt, de quien Artola retoma la figura humana, personajes monocromos con expresiones de dolor que con un grito agudo irrumpen en el colorido collage de Homo Videns. Eva Llamazares.