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Greenpeace, Los Verdes y FARN demandaron a la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) y a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) que hagan público si Atucha I se encuentra dentro de la lista de los 20 reactores nucleares que, según el pedido de la Agencia Federal Nuclear belga (AFNB), deberían cerrarse para realizar controles.
La solicitud ocurre después de que días atrás la misma entidad ordenara el cierre preventivo del reactor belga Doel-3 por fallas registradas en la vasija de contención del reactor. La empresa fabricante de este elemento, la holandesa RDM (Rotterdamsche Droogdok Maatschappij) –ya inexistente–, participó en la fabricación de, por lo menos, 20 reactores distribuidos en ocho países, dentro de los cuales se encontraría Argentina.
El pedido de los ambientalistas se basa en el vínculo comercial que tuvieron la cuestionada empresa holandesa RDM y la CNEA durante la construcción de Atucha I, ya que el recipiente de presión de la central se construyó en los talleres de la firma Ruhrstahl de Hattingen (Alemania Federal) y en los astilleros de RDM de Rotterdam (Holanda).
“Existe una alta probabilidad de que RDM haya provisto el recipiente de contención a la central de Atucha I, por lo que la CNEA y la ARN deben confirmar públicamente si esto es así. En caso de serlo se debe someter Atucha I a las mismas revisiones que se están realizando en los reactores europeos”, señaló Juan Carlos Villalonga, de Los Verdes.
En tanto, desde Greenpeace, Mauro Fernández señaló que “los gobiernos no pueden jugar con la seguridad de la gente. Si la ARN confirma que esta empresa ha sido proveedora argentina, el Gobierno Nacional debe ordenar el cierre inmediato de Atucha I y asegurar un control exhaustivo e independiente de la situación”.
Las fallas detectadas en la central Doel-3, asignadas a un defecto de fabricación de la vasija, fueron descubiertas en el marco de una inspección de seguridad rutinaria en la central, que llevaron a su cierre provisional a principios de junio. Las autoridades belgas apuntan a un fallo de fabricación en la vasija y no descartan que las fisuras detectadas puedan deberse a un problema de calidad del acero empleado en su fabricación, algo que podría dar lugar a un problema a nivel mundial.
De allí el pedido de las autoridades nucleares de los países afectados a favor del cierre de los veinte reactores nucleares en todo el mundo cuya vasija ha construido el mismo fabricante holandés (RDM), para realizar los controles pertinentes y, en caso de descubrir fisuras serias como las detectadas en el reactor Doel-3, ordenar su cierre permanente.
“En este contexto, resulta fundamental que las autoridades nacionales respondan a nuestro pedido de información pública respecto de si RDM fue proveedora de una central atómica argentina, y en caso de constatar esta información actúen rápidamente en consecuencia”, dijo María Eugenia Di Paola, Directora Ejecutiva de FARN.
Por último, los ambientalistas consideraron además que es necesario aclarar si existe un vínculo comercial de CNEA con RDM también en la construcción de Atucha II. En 1987, Argentina recibió el recipiente de presión del reactor. La pieza fue fundida en Japón y maquinada en España, Brasil y Alemania. Su ensamblado y terminación se realizaron en la ciudad de Rotterdam desde donde fue embarcado hasta Zárate.
La semana pasada los ambientalistas solicitaron a la ARN y a la CNEA mediante de un pedido de información pública, que confirmen si la empresa RDM actuó como proveedora de una central atómica argentina, de acuerdo a lo publicado días atrás por el periódico francés Le Monde. Las autoridades nucleares aún no han contestado.