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La Organización Mundial de la Salud advirtió hoy que todavía existen grandes desigualdades en el acceso a los servicios de salud mental, dependiendo de dónde vivan las personas.
En todo el mundo, hay en promedio menos de un trabajador de la salud por cada 10.000 personas, según el Atlas de Salud Mental 2014 que ha publicado la OMS.
El organismo de salud de las Naciones Unidas calcula que si bien las enfermedades mentales equivalen al 10 por ciento de la carga de salud en el mundo, reciben sólo el 1 por ciento de los recursos financieros y humanos que necesitan.
El Atlas también revela que la inversión en salud mental sigue siendo muy escasa. Los países de ingresos bajos y medianos gastan menos de 2 dólares per cápita al año en estos servicios, mientras que los más ricos les dedican más de 50. La mayoría de los fondos se destinan a los hospitales psiquiátricos, que atienden sólo a una pequeña proporción de quienes necesitan atención.
Una de las prioridades que destaca la OMS es la capacitación de personal de atención primaria para reconocer y tratar desórdenes mentales más severos. Desde 2011, la cantidad de profesionales sanitarios especializados en esta rama de la medicina ha aumentado 35 por ciento, aunque todavía sigue habiendo carencias, sobre todo en los países menos desarrollados.
La OMS advirtió que el fracaso del sistema de salud en responder adecuadamente a las necesidades de la gente está teniendo serias consecuencias y que para 2030 constituirá la principal carga de salud.