miércoles, 22 de julio de 2015

El nuevo salario mínimo vital y móvil aumentó un 28,5 por ciento y se estableció en 6060 pesos


economía

Así lo anunció esta noche el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, al término de la reunión del Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil, en la que habló la Presidenta para destacar el cumplimiento del mandato constitucional de realizar ese acuerdo.

El Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil estableció esta noche el salario mínimo en 6060 pesos, lo que representa un incremento del 28,5 por ciento, y se pagará en dos partes: un 18, 5 a partir del 1 de agosto próximo y el restante 10 por ciento a partir del 1 de enero del año 2016. Así lo anunció el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, al término del encuentro de representantes de los trabajadores, las patronales y el Estado.

Tomada expresó su orgullo “de presidir por decimosegunda vez consecutiva el Consejo del Salario” y sostuvo que “este Consejo lo hemos construido entre todos y se ha consolidado como una institución para el trabajo argentino y sus trabajadores”, y agregó que “queda una institución hacia adelante que seguramente se profundizará y mejorará, pero hemos dejado la semilla plantada”. “Hace ocho años que tenemos el privilegio que la reunión la cierre la Presidenta de la Nación. La presencia de la Presidenta en el Consejo del Salario demuestra la importancia del trabajo para nuestro Gobierno”, afirmó el titular de la cartera laboral. Tras haberse alcanzado el acuerdo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se incorporó a la mesa de reunión y habló para destacar el cumplimiento del mandato constitucional de realizar anualmente las reuniones del Consejo que establezca el salario mínimo vital y móvil.

La Presidenta, también acompañada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, destacó que con esta mejora, la suba del salario mínimo en los últimos 12 años alcanzó 2930 por ciento. Durante su alocución, Cristina Kirchner también se refirió a la necesidad de abordar soluciones para las economías regionales, que sufren las consecuencias de la caída de precios internacionales de los commodities, y sostuvo que el Estado debe idear “una intervención con nuevos instrumentos” que tengan en cuenta el tipo y el volumen de producción.