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Vidriera de la cerveza artesanal Argentina |
Con 20 canillas de cerveza artesanal cuidadosamente seleccionadas que rotan semana a semana, esta nueva cervecería de Palermo se convierte en un extraordinario espacio para descubrir numerosas variedades, aromas y sabores de esta bebida elaborada por productores nacionales, reflejando la esencia comunitaria del ambiente cervecero.
Abrió Growlers, la nueva cervecería de Palermo que hace honor al espíritu comunitario del ambiente cervecero, exigente pero basada en compartir y colaborar. En un ambiente informal, logra combinar una inigualable propuesta de cerveza artesanal con un ambiente influenciado por el street art y una cocina simple y sabrosa que los lleva a crear su propia mística.
Growlers, cuyo nombre remite al gran botellón que se utiliza para transportar cerveza, se impondrá como el lugar de culto cervecero: “somos un medio de transporte no sólo de productos, sino de ideas, sentimientos y pasiones”, es el lema que los identifica y que invita a descubrir por qué en este lugar encanta la cerveza artesanal, pero, más aún, todo lo que sucede a su alrededor. Así, se encuentra un espacio abierto que invita a sumarse, desde el público a los productores y, de esta manera, formar comunidad.
Se lo descubre en una esquina tranquila como lo es Gurruchaga y Pasaje Coronel Cabrer, con amplios ventanales que cuando se abren hacen que el bar se integre con la calle, en especial sobre la segunda de ellas, una peatonal empedrada y decorada con cálidas guirnaldas de luces y graffitis.
Es una cervecería descontracturada y de estética cuidada, donde se percibe la presencia de ladrillos a la vista, paredes descascaradas en su exterior y con collages hacia el interior, hierro, cemento y madera. Estos elementos recorren los diversos espacios del local: íntimos, grupales, al aire libre y cerrados, con barras altas, mesas pequeñas y comunitarias.
Hacia el interior, desde una imponente barra gobernada por 20 canillas de cerveza artesanal, se invita a experimentar una amplia diversidad de propuestas de productores argentinos, todas rotativas y seleccionadas semanalmente por sus propios dueños, quienes también son sommeliers de cervezas. Una de las canillas se destina especialmente a algún homebrewer que realice bachs pequeños, permitiendo así que amantes de la cerveza que elaboran poca producción también tengan la posibilidad de llevar su cerveza a un bar por el tiempo que dure el barril.
Más allá de la rotación, constantemente, hay sugerencias que van desde la alta tomabilidad hasta otras de sabores más complejos, percibiéndose diversos estilos como lager, honey, de trigo, belgian, weisse, pasando hacia las ipa, barley wine, dubbel y llegando a otras como stout, imperial stout, porter y amber ale. Una particularidad es este lugar es que no se distingue el precio por marca. Además, esta atractiva propuesta también se completa con sidra tirada.
Mientras se las bebe escuchando indie y british rock, puede degustarse una cocina informal con combinaciones pensadas para acompañar cerveza, simples y sabrosas, ofrecidas con un servicio ágil.
Desde una carta acotada que busca garantizar la calidad, se ofrecen propuestas que irán rotando semana a semana siguiendo el siguiente formato: 4 burgers, 2 pollos fritos, 1 candy bacon, 1 albondiguitas rebozadas con panko, 1 plato y 1 postre. El cliente ordena la comida en la barra junto a su cerveza. En mano, se lleva su pinta o media pinta junto a un tótem enumerado con forma growler que permitirá al camarero acercar la comida solicitada. Por ejemplo, las Candy Bacon con seis láminas crocantes de panceta acompañadas con dip de reducción de aceto y miel, la mejor opción para picotear junto a la cerveza.
Otras sugerencias con las que el cliente puede encontrarse son la Burger de 180 gramos que combina 50% de roast beef, 30% de tapa de asado y 20% de bondiola de cerdo con BBQ pulled pork, cebolla asada, batatas chips y dijon coleslaw, en un menú donde también se ven opciones con cordero o una vegetariana, como la Falafel Burger de garbanzos, cebolla morada, cilantro, lechuga, tomate y crema de lima, que al igual que el Pollo Frito se acompañan con papas fritas. Las albondiguitas de la semana son de langostinos y eneldo, rebozadas con panko y el principal, una Provolone grill, con rúcula, cebolla asada, garrapiñada de nueces, aliño de eneldo y sal de naranja. Otros ejemplos que dan cuenta de una cocina de elaboración propia son las 30 recetas de aderezos que van rotando según los platos de la semana y que siempre están disponibles sobre las mesas para quienes deseen tomarlas, entre ellos BBQ Bourbon miel, Teriyaki Stout Jengibre, Zanahoria Curry y Cilantro; a ellas se le suma la salsa picante Sriracha (libre). Para finalizar, siempre hay un postre, como Mousse de cacao, cardamomo y ralladura de naranjas.
Un plus de este bar, y como su nombre lo indica, es que el cliente también puede llevarse la cerveza a casa. Lo hace en growlers de 1,9 litros que adquiere en el bar o rellenando aquel que ya posea.
Gurruchaga 1450 esq. Pje. Cnel. Cabrer. Medios de pago: solo efectivo (que apunta a la dinámica del servicio)
Pinta: $80
Media Pinta: $50
Recarga de Growler: $200
Compra del Growler: $200
Horarios MA-MIE-DOM 18.00 A 24.00 y JUE-VIE-SAB 18.00 A 1.00
Cantidad de cubiertos: 80 sentados