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El presidente armenio Serzh Sargsián anunció que va a declarar nulos los protocolos con Turquía durante su discurso en la 72º Asamblea General de la ONU el martes 19 de septiembre, al tiempo que pidió por la independencia y el reconocimiento de la República de Artsaj (nueva denominación de Nagorno Karabaj).
"Hasta el día de hoy, esos documentos no han sido ratificados. Quedaron en cajones oscuros de las autoridades de Ankara. El gobierno de Turquía presentó condiciones absurdas para su ratificación, contrarias a la letra y al espíritu de los protocolos", declaró Sargsián, y anunció que "Armenia declarará nulos estos protocolos, ya que carecen continuamente de progresos positivos hacia su aplicación".
Los Protocolos de Zurich fueron un acuerdo firmado en 2009 por Turquía y Armenia para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países y terminar con el bloqueo unilateral de las fronteras mantenido por el gobierno turco. El comienzo de los acercamientos se había producido en septiembre de 2008 por iniciativa de Armenia, cuando el presidente turco Abdullah Gül viajó a Armenia para ver un partido de fútbol entre ambas naciones junto a Sargsián.
El acuerdo fue duramente cuestionado por la diáspora armenia, ya que en ese momento había trascendido que se consideraron -informalmente- una serie de concesiones sobre el Genocidio Armenio, como el establecimiento de una comisión binacional de historiadores para analizar los hechos de 1915 o el abandono por parte de Armenia de la búsqueda de reparaciones por el genocidio.
El gobierno de Turquía, por su parte, decidió condicionar la ratificación de los protocolos en su Parlamento al proceso de paz en el conflicto de Nagorno Karabaj, en solidaridad con Azerbaiyán. Ni el Parlamento de Turquía ni el de Armenia ratificaron el acuerdo, por lo que nunca entró en vigencia.
En la Asamblea General de la ONU, Sargsián anunció también que Armenia presentará el próximo año una iniciativa en el marco del 70º aniversario de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
Por último, el Presidente se refirió al conflicto en Nagorno Karabaj al recordar que "la nueva fase de la lucha por la autodeterminación por parte del pueblo de Artsaj comenzó hace casi 30 años".
"Los pedidos pacíficos de los armenios de Artsaj para ejercer su derecho inalienable a la autodeterminación, así como todos los pasos a tal efecto, se encontraron con el uso de la fuerza, a la que Azerbaiyán recurría continuamente. Las políticas de las autoridades de Bakú culminaron en masacres, limpieza étnica y deportación masiva de la población armenia de Azerbaiyán. Es obvio que, en tales circunstancias, el pueblo de Artsaj no tenía otra opción más que recurrir a la legítima defensa".
Sargsián señaló que "la dura guerra de 1992 a 1994, sus consecuencias y las negociaciones que siguieron no sirvieron de lección para Azerbaiyán. El año pasado, en abril, Azerbaiyán desencadenó una guerra de cuatro días, que llegó a probar que tienen como objetivo de exterminio del pueblo de Artsaj". En ese sentido, remarcó que "durante la ofensiva militar desencadenada en 2016, las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán cometieron varios crímenes de guerra contra la población civil y los prisioneros de guerra". "Todo el mundo debe ser consciente de que para el desarrollo democrático de Artsaj, Azerbaiyán simplemente simboliza el atraso medieval. Azerbaiyán no tiene ningún fundamento jurídico o moral para presentar ningún reclamo a Artsaj".