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La Junta Comunal 9 convocó para el 5 de julio de 2015, fecha en que se llevarán a cabo las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, a la primera consulta popular en el ámbito de las comunas, con el objetivo de que los vecinos voten si desean o no que la Comuna se denomine "Lisandro de la Torre", por considerarlo altamente representativo de la identidad comunal.
Con la presencia del jefe comunal, Néstor Dinatale, los comuneros Hernán Míguez, Aixa Rocha y Gabriela Martínez, del Frente para la Victoria; y Stella Maris Martellotta y Ernesto Mario Smania, del Pro, resolvieron "preguntar al electorado de la Comuna 9 para que decida expresándose en forma positiva o negativa sobre la siguiente fórmula: “Apruebo que la actual Comuna 9 pase a denominarse: ´Lisandro de la Torre' (SI / NO)".
Cabe destacar, que esta iniciativa se enmarca en la Ley de Comunas, que establece que "los electores de cada una definan su denominación mediante consulta popular convocada por la Junta Comunal" y que "dota a la Junta Comunal con la atribución y obligación de convocar a consulta popular en el ámbito de la Comuna".
En este sentido, la legisladora porteña del Frente para la Victoria y presidenta de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana, María Rosa Muiños, presentó una declaración para expresar su apoyo a esta iniciativa, "como una actividad más orientada al impulso de mecanismos de participación ciudadana y participación vecinal en la gestión de gobierno".
"La consulta popular es una herramienta fundamental para que la ciudadanía emita su opinión antes de que los órganos de gobierno realicen acciones que tendrán impacto en la vida de los vecinos. De este modo, la Junta Comunal 9 se convierte en pionera respecto de la implementación de este tipo de convocatorias y mecanismos de democracia participativa", sostiene Muiños en los fundamentos del proyecto.
El nombre propuesto para la Comuna surge del frigorífico "Lisandro de la Torre", fundado en 1923 en el barrio de Mataderos y creado con la intención de acabar con los manejos que existían por parte de los frigoríficos ingleses y estadounidenses.
Durante el gobierno del entonces presidente de la Nación, Arturo Frondizi, ante el peligro de despidos, los nueve mil obreros ocuparon el establecimiento para evitar la venta. En la madrugada del 17 de enero de 1959, fueron sorprendidos por 1500 efectivos policiales, Gendarmería y el Ejército y cinco mil trabajadores fueron despedidos.