viernes, 26 de octubre de 2018

Denuncian el derrame más grande de los últimos años


sociedad

El derrame de petróleo en Tierra del Fuego, en la región chilena de Magallanes -al límite de la frontera con Argentina- proviene de la planta de hidrocarburos de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) operada por YPF. “Constituye el derrame de mayor magnitud en Chile de los últimos años”, enfatizan desde Greenpeace.

La organización ecologista Greenpeace denunció ante las autoridades chilenas las infracciones ambientales cometidas por YPF y la Empresa Nacional del Petróleo - Magallanes (ENAP), solicitando que se dé inicio a un procedimiento sancionatorio a los responsables por el derrame de petróleo producido en la provincia chilena de Tierra del Fuego. Los reportes indican que se derramaron unos 720.000 litros de petróleo, el equivalente a 21 camiones cisterna llenos.

La organización ecologista realizó una denuncia ante el superintendente de medioambiente chileno, Cristián Franz. “Instigamos a la Superintendencia chilena a que dé respuesta y aplique las sanciones correspondientes a los responsables de este desastre ambiental”, enfatizó Estefanía González, Coordinadora de Campañas de Greenpeace en Chile.

Desde la ONG explican que este derrame tiene consecuencias irreversibles en el medio ambiente dado que ocasionará graves impactos sobre la biodiversidad de la zona, incluida la fauna autóctona. “El petróleo tiene contaminantes altamente tóxicos, que pueden afectar los sistemas de reproducción y alimentación de las especies a largo plazo”, agregó González.

La semana pasada, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), demostró que para evitar impactos irreversibles en el planeta, la extracción de combustibles fósiles debe reducirse drásticamente en la próxima década. El consumo de petróleo debe disminuir casi un 40% para 2030.

“Este derrame evidencia el verdadero rostro de la industria petrolera: contaminación e impactos ambientales irreversibles. Continuar apostando a estas energías contaminantes, implica vulnerar el derecho de las personas a un ambiente sano, no sólo por los impactos del cambio climático, sino por estos derrames que afectan directamente a la biodiversidad circundante”, finalizó González.