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La falta de sensibilidad al dolor favorece la apertura de la herida y retarda la cicatrización, exponiendo las lesiones a diversas infecciones. ¿Qué hay que tener en cuenta para favorecer la recuperación?
La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa (azúcar) en la sangre es más alto de lo que debería. En el proceso intervienen la glucosa en la sangre, la principal fuente de energía proveniente de ciertos alimentos y, por otra parte, la insulina, hormona producida por el páncreas y encargada de ayudar a que la glucosa ingrese a las células.
En ocasiones el cuerpo no produce insulina o no la utiliza adecuadamente. Esto provoca que la glucosa no llegue a las células, pero sí en exceso a la sangre, lo que causa complicaciones de salud como la diabetes. Esta enfermedad es uno de los mayores problemas en el sistema de Salud Público y ha aumentado dramáticamente en las últimas dos décadas.
Según estudios epidemiológicos, el número de pacientes con diabetes ha pasado de 30 millones de casos en 1985 a 285 millones en 2010 y se estima que en el año 2030 existirán más de 360 millones de casos. En Argentina, la Diabetes tipo 2 es la responsable de casi el 50% de las amputaciones no traumáticas de miembros inferiores.
Una de las complicaciones crónicas más graves y la causa frecuente de internación es el pie diabético. En esta patología se inhibe la función nerviosa motora y, en combinación con la insuficiencia vascular, el paciente se ve afectado en su habilidad para reconocer el dolor, inclusive en quemaduras por falta de sensibilidad al calor. La falta de sensibilidad al dolor puede ocasionar que la herida se reabra y se retarde la cicatrización. Esto podría exponer las lesiones a diversas infecciones.
Las infecciones se presentan en más de la mitad de los casos y entre el 10% y el 30% de los pacientes diabéticos con una úlcera de pie requerirán eventualmente una amputación, de las cuales el 60% son precedidas por una úlcera infectada. El cuidado y recuperación son fundamentales para evitar amputaciones.
¿CÓMO TRATAR EL PIE DIABÉTICO?
El pie diabético requiere de tratamientos multidisciplinarios para su abordaje y las terapias serán elegidas por los especialistas según el grado de afección del paciente (infección, afección vascular, compromiso del hueso, etc). El primer paso del tratamiento para el cierre de la herida y reducir las posibilidades de amputación en pacientes con úlceras de pie diabético es el desbridamiento o la remoción del tejido muerto y material infectado.
En caso de que el diagnóstico indique riesgo de amputación, se presenta el Tratamiento de Oxigenación Hiperbárica como una de las alternativas terapéuticas de avanzada para esta patología. El tratamiento en cámara hiperbárica aporta resultados altamente positivos. Contribuye a mejorar la respuesta a los antibióticos en las infecciones, cambia la coloración del pie, permite al paciente retomar las actividades diarias y deportivas que tenía suspendidas, logra una cicatrización más rápida de las heridas y previene las amputaciones mayores.
Incluso algunos pacientes comienzan a experimentar dolor en los dedos del pie, sensación que habían perdido desde la lesión. En el año 2002 un estudio internacional reveló que la tasa media de recuperación de las úlceras del pie diabético es del 89% con tratamiento hiperbárico, en comparación con 61% del tratamiento convencional 1 .
El Tratamiento de Oxigenación Hiperbárica (TOHB) es un método no invasivo que consiste en suministrar oxígeno en altas concentraciones en una cámara hiperbárica presurizada a 1.45 atmósferas. Así, dentro de la cámara el paciente respira oxígeno cercano al 100%, que se transportará a través de la sangre logrando alcanzar, en mayor concentración, todos los tejidos del cuerpo, incluso aquellos dañados.
Asesoró: Liliana Jordá Vargas - bioquímica de BioBarica. (MN 9084)
Más información: www.biobarica.com
Referencias:
1. Heyneman CA, Lawless C. Using Hyperbaric Oxygen to Treat Diabetic Foot Ulcers: Safety and Effectiveness Critical Care Nurse 2002. 22 (6) 52-8