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En Estados Unidos las fuerzas policiales incumplen sus obligaciones en virtud del derecho internacional de respetar y garantizar la protesta social. Así, están facilitando la escalada de la tensión ya existente y poniendo en peligro la vida de manifestantes señaló la organización Amnistía Internacional.
Los encargados de hacer cumplir la ley deben garantizar y proteger el legítimo derecho a protestar. Sin embargo, en distintas ciudades del país, Amnistía Internacional está monitoreando actos que pueden calificarse de uso innecesario o excesivo de la fuerza. Entre otras irregularidades, se usó material antidisturbios pesado, así como equipos y armas de uso militar para controlar manifestaciones en gran medida pacíficas, lo que puede intimidar a quienes ejercen su derecho de reunión.
“En diversos países hace años que desde Amnistía Internacional señalamos la gravedad de la violencia generada y agravada por el racismo. Las autoridades estadounidenses deberían abordar todos los aspectos de esta crisis y poner fin a la discriminación racial y a los homicidios cometidos por la policía, así como garantizar el derecho a la protesta. Es fundamental además que el presidente Donald Trump ponga fin a sus discursos y políticas violentas y discriminatorias”, señalaron desde Amnistía Internacional.
El caso Floyd y el inicio de la escalada de violencia
“¡Me muero!”, dijo George Floyd, con las manos esposadas a la espalda. Hace unos días, un video mostraba a un agente de policía de Minneapolis sujetándolo contra el piso. “Por favor, no puedo respirar”, fueron las palabras que pudo articular George, mientras el policía le ponía la rodilla directamente sobre el cuello y se negaba a moverse. Finalmente, Floyd murió.
La víctima era un hombre afrodescendiente que iba desarmado y fue detenido por un supuesto billete falso. Si la policía no hubiera hecho un uso ilegítimo de la fuerza, hoy seguiría vivo.
La muerte de George Floyd ilustra los escandalosos niveles de violencia y racismo en Estados Unidos, país en donde la gente salió a la calle a protestar y a exigir respuestas. Sin embargo, la policía responde con represión.
Todo uso innecesario o excesivo de la fuerza debe parar de inmediato. Los casos en los que se haya violado el derecho a la protesta deben ser investigados y todos los funcionarios que hayan incumplido la ley deben ser obligados a rendir cuentas.
Amnistía Internacional reconoce que la Oficina Federal de Investigación ya interviene en el caso Floyd, sin embargo, pide una investigación inmediata, exhaustiva y transparente, y que se mantenga al tanto a la familia de la víctima de su desarrollo y resultados.
