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Ante el reciente derrame en el ártico ruso de 20 mil toneladas de combustible diesel que obligó a este país a declararse en estado de emergencia, Greenpeace alerta sobre cómo el avance de la industria petrolera en Argentina podría traer consecuencias ambientales similares a esta región.
Para la organización ambientalista este reciente suceso al norte de Rusia que contamina alrededor de 20 kilómetros de río y que va acercándose cada vez más al mar, muestra una vez más cómo operan las industrias de combustibles fósiles.
Luisina Vueso, coordinadora de la campaña por la protección del Mar Argentino en Greenpeace señaló “Los recientes sucesos en Rusia son muestra de cómo opera este tipo de industrias basadas en energías sucias y contribuidoras a la crisis climática. De hecho, según la propia compañía responsable de este desastre la catástrofe está directamente relacionada con los impactos de la crisis climática, ya que el derretimiento de hielos generó el hundimiento de cimientos provocando el derrame.
“Además, no es la primera vez que Greenpeace expone y reclama por las catástrofes de este tipo. No olvidemos el derrame por British Petroleum, la tragedia de Deepwater Horizon hace diez años, donde alrededor de 200 millones de galones de petróleo se vertieron en el Golfo de México, lo que afectó a diversos ecosistemas y un sin número de comunidades que dependían de la pesca y el turismo, desastre que además se llevó la vida incluso de once personas que murieron a consecuencia de los hechos y de la falta de seguridad de la empresa que luego desató el derrame. Pero sin ir más lejos también expusimos el derrame ocurrido en Vaca Muerta en el yacimiento de petróleo no convencional Bandurria Sur, operado por YPF hace dos años” agregó Vueso.
Asimismo según la organización ambientalista, a pesar del evidente problema ambiental y climático que trae consigo la explotación de los combustibles fósiles, los gobiernos, como el argentino pretenden ampliar la frontera de explotación petrolera, cuando es cada vez más evidente que la dependencia de los combustibles fósiles es una vulnerabilidad que se profundiza en un contexto de crisis climática .
“No solo las intenciones del gobierno argentino apuestan al desarrollo de Vaca Muerta, proyecto que generaría 50 mil millones de toneladas de emisiones de CO2 durante la vida útil del territorio, una bomba de gases de efecto invernadero liberada al ambiente, sino que también planifican explotar gran parte de la superficie del Mar Argentino” señaló Luisina Vueso, coordinadora de la campaña por la protección del Mar Argentino de Greenpeace.
Según la organización ambientalista el pasado abril de 2019, el gobierno argentino licitó varios bloques de potencial explotación petrolera offshore. Dichos bloques corresponden a cuencas donde hoy no existe la explotación hidrocarburífera, como es la zona del Sureste de la Provincia de Buenos Aires. Dicha zona no sólo es un área libre de la industria de explotación offshore, sino también es un área importantísima de biodiversidad y recursos pesqueros.
Sin embargo, “las consecuencias ambientales no solo yacen en el impacto de las ondas sonoras provocadas hoy por el proceso de exploración sísmica sino que de abrir nuevas fronteras petroleras se expondría al Mar Argentino y sus costas a una posible amenaza de derrame petrolero. Esto no solo afectaría los ecosistemas marinos, sino que dado que a la distancia de los bloques licitados a aproximadamente 160km de la costa sudeste de la provincia de Buenos Aires, podrían afectarse los conocidos balnearios de la costa Atlántica, como Mar del Plata y Miramar. sostuvo Vueso.
“No permitamos que Argentina cometa el mismo desastre ambiental ruso ante el derrame de 20 mil toneladas de combustible. Nos encontramos en un punto de inflexión de la historia a nivel global, y es momento de abandonar el modelo extractivista y de financiarización de la naturaleza. No podemos continuar explotando nuestro patrimonio natural. Los impactos no son reversibles ni salvables. La transición a energías limpias debe ser inmediata, concluyó Vueso.
La explotación en el Mar Argentino de la zona del Sureste de la Provincia de Buenos Aires, perjudicaría a áreas propuestas como áreas marinas protegidas dada a la importancia de sus ecosistemas. Hogar del endémico delfín franciscana, la ballena franca austral, especies de pingüinos, destacando zonas de forrajeo del pingüino de magallanes, zonas de reproducción de anchoíta, merluza, calamar, entre otras.