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Estadio Maracaná, Río de Janeiro. Mítico escenario para una final que quedará en la historia. La Selección Argentina se consagró campeón de la Copa América ante Brasil en un encuentro inolvidable.
El encuentro comenzó a pura fricción en la mitad de la cancha. Con pocos espacios para la creación de juego, las situaciones de peligro tardaron en llegar. Con una presión alta, el conjunto de Tite intentó taparle la salida al de Scaloni que, en varios pasajes, pudo hacerse de la pelota y dominarla.
A los 21 minutos, Rodrigo de Paul ejecutó un pase de larga distancia y habilitó perfectamente a Di María, que definió con un toque sutil por arriba del arquero para poner el partido 1-0. Luego de romper el marcador, ninguno de los dos arqueros tuvo que intervenir hasta el final de la primera parte.
En la segunda mitad, Argentina se hizo fuerte defensivamente y cuidó el cero en su arco. Con grandes actuaciones, sostuvo el resultado y gritó campeón.
La conquista de la Copa América desató un estallido de júbilo en los fanáticos de nuestro país que, apenas consumada la victoria de Argentina por 1-0 en la final, se dirigieron hacia el Obelisco para darle rienda suelta a los festejos.
Minutos después de terminado el partido en Río de Janeiro, por distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires comenzaron a sonar las bocinas de los autos en señal de procesión hacia el ícono porteño.
En poco tiempo, el Obelisco, iluminado con los colores de la bandera argentina, quedó rodeado de hinchas con banderas, camisetas, carteles en un ambiente de cánticos y pirotecnia por la histórica victoria sobre Brasil 1-0 con gol de Ángel Di María. El estallido de los festejos se repitió en diferentes puntos del país. AFA