viernes, 2 de abril de 2021

Presentan una guía para enfrentar una de las principales causas de pérdida severa de la visión y lograr el diagnóstico temprano


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La Degeneración Macular Relacionada con la Edad es una de las principales causas de pérdida de la visión central en los adultos mayores a partir de los 60 años. El diagnóstico precoz es fundamental para el adecuado tratamiento y seguimiento. Los principales síntomas de comienzo de la enfermedad son la disminución de la visión central, visión de lectura y trastorno en la visión de los colores.

La Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE) es una patología que afecta a la mácula, área central de la retina. La mácula es el área que contiene las células (fotorreceptores) que nos dan la agudeza visual central y la visión de los colores. Es la primera causa de ceguera legal en países industrializados y la tercera a nivel mundial, y se estima que en 2020 alcanzó a 196 millones de personas en el mundo. A la fecha, esta enfermedad degenerativa no tiene cura, pero sí existen al presente tratamientos eficaces y seguros que pueden evitar la progresión natural de la enfermedad, la disminución o pérdida de la visión central y en algunos casos recuperar la agudeza visual.

Hay dos tipos de degeneración macular. La DMRE “seca” es la más usual y afecta al 85% de los pacientes que sufren de esta patología. En este caso, parte de la retina se degenera implicando una pérdida lenta y gradual de visión. Por otro lado, el 15% restante padece DMRE “húmeda” (DMREh), que, si bien es menos habitual, suele tener mayores consecuencias que la anterior: el 90% de los casos de pérdida severa de la visión entre todos los pacientes con DMRE se debe a DMRE húmeda. La mayoría de los tratamientos actuales apuntan a tratar esta forma clínica de la enfermedad.

Principales síntomas: Ante la presencia de algunos de los siguientes síntomas, la consulta precoz con su médico oftalmólogo es prioritaria. La enfermedad puede comenzar con:

- Disminución de la visión y/o dificultad en la visión de lectura, se presenta como dificultad para leer o hacer cualquier otra actividad que requiera detalles en la visión central, como, por ejemplo, leer el diario, ver el celular o una fotografía, etc.

- “Punto negro” al mirar un objeto de lejos, como, por ejemplo, la televisión.

- Contraste reducido, esto implica una mayor necesidad de iluminación, mayor sensibilidad al deslumbramiento y disminución de la visión de los colores.

“El médico oftalmólogo luego de un completo examen oftalmológico solicitará los estudios complementarios necesarios para llegar a un correcto diagnóstico. Actualmente, la tomografía de coherencia óptica (OCT) constituye una herramienta fundamental para el diagnóstico, seguimiento y respuesta terapéutica de la enfermedad” dijo el Prof. Dr. Marcelo Zas, Jefe de la Sección Retina de la División Oftalmología del Hospital de Clínicas y Vice Presidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología / Matrícula MN 82653, “el OCT documenta y mide la presencia de líquido / fluido que es un marcador de la actividad de la enfermedad y permite evaluar la respuesta al tratamiento.”

Factores de riesgo

Hay algunos factores de riesgo que favorecen la aparición de la enfermedad. En primer lugar, y como se nombró anteriormente se trata de una enfermedad estrechamente relacionada con la edad del paciente: se calcula que un 40% de las personas diagnosticadas tiene más de 75 años. Por eso es fundamental realizar la visita a su médico oftalmólogo de manera periódica. Además de los factores de riesgo no modificables, como son la edad y la predisposición genética, hay otros factores sí modificables, como son el tabaquismo, la dieta rica en grasas, el sedentarismo y los síndromes metabólicos.

¿Qué hacer ante la enfermedad?

La Degeneración Macular Relacionada con la Edad es una enfermedad degenerativa, crónica, y evolutiva. Al presente no tiene un tratamiento de curación definitiva, sin embargo, el diagnóstico precoz y adecuado, así como el tratamiento sostenido en el tiempo son fundamentales para evitar la progresión de la enfermedad y por ende la disminución y pérdida de la visión central.

Cuanto más temprano se inicie el tratamiento, mejores serán los resultados. Un tratamiento temprano y sostenido en el tiempo ayuda a evitar la acumulación de fluidos en la retina y la progresión de la enfermedad. Brolucizumab, un tratamiento presentado recientemente en Argentina, puede brindar a los pacientes con DMRE húmeda una mejora en su agudeza visual, con una reducción de la filtración de fluido y también una menor cantidad de inyecciones.

“Durante la pandemia, la mayoría de las consultas oftalmológicas y tratamientos disminuyeron. Ante un diagnóstico de DMREh es fundamental mantener los controles periódicos y sostener el tratamiento a lo largo del tiempo, siguiendo todos los protocolos de seguridad para el paciente y para el cuerpo médico”, agregó el Prof. Dr. Marcelo Zas. Finalmente, los profesionales destacan el rol de los cuidadores en las personas mayores. Se trata de los familiares y amigos, que en muchas ocasiones cumplen un papel clave para que el paciente con DMREh cumpla con los controles periódicos y con el tratamiento indicado.