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El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recordaron que Estados Unidos ha sido por décadas un país líder en materia de protección a quienes han debido huir de su país para salvar la vida y manifestaron alarma por la suspensión de su programa para esas personas.
En sendos comunicados, las agencias destacaron la tolerancia y generosidad del pueblo estadounidense y confiaron en que esta tradición se mantenga.
El titular de ACNUR, Filipo Grandi, expresó gran preocupación por la incertidumbre que afrontan miles de refugiados que están en proceso de ser reubicados en Estados Unidos, destacando que sólo esta semana unas 800 personas tendrían que haber llegado al país y, en cambio, se les ha prohibido viajar a territorio estadounidense.
Según ACNUR, unos 20.000 refugiados tendrían que ser reasentados en Estados Unidos durante los 120 días que cubre la suspensión anunciada el viernes pasado.
Grandi afirmó que los refugiados comparten la inquietud de los estadounidenses en materia de seguridad ya que precisamente están huyendo de la guerra, la persecución y el terrorismo.
“Quienes fueron aceptados por Estados Unidos tras un rigurosos proceso de escrutinio vienen a reconstruir su vida en condiciones de seguridad y dignidad. ACNUR espera que puedan hacerlo lo más pronto posible”, señaló.
Por su parte, UNICEF aseveró que las necesidades de los refugiados nunca habían sido mayores y mencionó que 28 millones de niños han sido desarraigados por la violencia y el terror.
En este sentido, confió en que el apoyo tradicional de Estados Unidos para la protección de los niños más vulnerables continúe y que las nuevas medidas sean temporales. “Todos los niños refugiados necesitan nuestro respaldo”, puntualizó UNICEF.
Naciones Unidas