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Reclamo por aire limpio y sano |
Una mañana el Obelisco despertó en terapia intensiva rodeado de activistas de Greenpeace que caracterizaron un número de enfermedades respiratorias consecuentes a la contaminación del aire en CABA. “El aire en la ciudad nos enferma” fue el reclamo de la organización ambientalista luego de realizar un estudio sobre la calidad del aire en Capital Federal y confirmar que los valores de polución en el aire superan los niveles establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Desde Greenpeace exigimos aire limpio ya. Los vecinos porteños están expuestos a altos niveles de componentes tóxicos, producto en su mayoría de las emisiones del caño de escape de colectivos. Mientras el transporte público dependa de la quema de combustibles como el gasoil, respirar en la ciudad es una amenaza para todos. Los últimos resultados de nuestro estudio son alarmantes y creemos que son indicadores para que el gobierno se ponga del lado de la salud de las personas”, afirmó Laura Vidal, coordinadora de la campaña de contaminación de aire de Greenpeace.
Las cifras de la OMS indican que 7 millones de personas mueren anualmente en el mundo por la contaminación de aire. La inhalación de los tóxicos en el aire es perjudicial para la salud, ya que provoca enfermedades respiratorias como asma, broncoespasmo, infecciones pulmonares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares (ACV), entre otras.
Según la organización ambientalista, el sistema de medición de calidad del aire liderado por el gobierno porteño es insuficiente ya que cuenta solamente con tres estaciones de medición, mientras que ciudades tan grandes como CABA en Latinoamérica cuentan con diez o más. A su vez, las mediciones locales dejan por fuera contaminantes que representan un alto riesgo para la salud.
Entre los componentes tóxicos presentes en el estudio de Greenpeace se midió dióxido de nitrógeno (NO2) y Material Particulado 2.5 (PM2.5) que provienen de la contaminación en el aire generada por el uso de derivados del petróleo, como el gasoil.