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Partió una leyenda |
Durante su obra, especialmente en sus columnas en las contratapas de Página/12 y libros, Bayer se refirió en numerosas oportunidades a los temas armenios, poniendo énfasis en la difusión del genocidio contra el pueblo armenio perpetrado por el Estado turco entre 1915 y 1923, y participó en muchas ocasiones de los actos de la comunidad.
Uno de los temas que más movilizó a Bayer fue el asesinato del periodista Hrant Dink en Turquía en 2007. Osvaldo Bayer hizo un aporte fundamental a la divulgación del caso al bautizar a Hrant Dink como "el Rodolfo Walsh armenio". El historiador ofició de presentador de la obra teatral "El alegato de la paloma" que narraba la vida de Dink. "Este héroe civil de los armenios tenía como misión propia que los turcos mismos reconocieran su crimen masivo. No lo logró, pero pasó a la historia como un luchador de esos que nunca abandonan sus principios humanitarios", dijo en una de sus columnas.
En 2003, el Consejo Nacional Armenio (CNA) le otorgó, por sus aportes a la causa armenia, a Osvaldo Bayer una distinción, que posteriormente pasaría a llamarse distinción Hrant Dink al periodismo argentino. En 2012 se realizó un homenaje a Bayer en la Asociación Cultural Armenia, donde se presentaron fragmentos de su documental Awka Liwen.
La otra temática que más trabajó Bayer fue el caso de Soghomon Tehlirian, un sobreviviente del Genocidio Armenio que fue absuelto luego de ajusticiar a Talaat Pashá, ministro del Interior del Imperio Otomano y uno de los máximos responsables del genocidio.
En 2012 y bajo el auspicio del CNA, Bayer presentó junto al jurista Raúl Zaffaroni y al profesor Khatchik Derghougassian el libro "Un proceso histórico", una descripción del juicio a Tehlirian en Berlín en 1921. "Un tema que se va a seguir discutiendo mientras el ser humano exista. ¿Hay derecho de matar al tirano porque éste ha hecho genocidios con su propio pueblo o con otros pueblos?", indicaba Bayer en una de sus columnas. El historiador emparentaba a Tehlirian con dos casos argentinos: "Cuando el anarquista alemán Kurt Gustav Wilckens mató al fusilador de 1500 peones rurales en la Patagonia, y el del anarquista ruso Simón Radowitzky, que le quitó la vida al jefe de la policía de la Capital Federal, coronel Ramón L. Falcón, por haber sido el autor de la matanza de obreros el 1º de mayo de 1909. Wilckens fue asesinado en la cárcel por un guardiacárcel y Simón Radowitzky pasó 21 años de prisión en Ushuaia, cárcel que fue denominada 'la Siberia argentina'. En cambio, el joven armenio Tehlirian fue absuelto por el tribunal alemán en Berlín porque 'matar al tirano' no es delito".
"Tampoco la venganza es una solución, pero es algo incontenible, humano. Una reacción de los generosos que dan su vida para acabar con los crímenes de los que ejercen el poder. Algo para aprender", decía en sus columnas. Sobre esa debatió en 2016 junto al juez Carlos Rozanski y a Nicolás Sabuncuyan, director del Consejo Nacional Armenio de Argentina, en el Espacio para la Memoria Virrey Cevallos. "Los libertarios sostenían que cuando no hay justicia en la sociedad, el pueblo tiene derecho a hacer justicia con sus propias manos. Esa fue la defensa de los que realizaron atentados contra los gobernantes asesinos, tiranos, plebeyos del poder", dijo Bayer en esa oportunidad.