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Según un informe del Registro Civil porteño, en 2016 sólo 126 parejas solicitaron realizar el trámite mientras que 364 lo hicieron en 2023. Otorgar un marco legal a las relaciones de pareja supone ciertos beneficios para los contrayentes.
Las uniones civiles entre personas mayores en la Ciudad han aumentado de forma exponencial a lo largo de los años. Estos enlaces, al igual que los matrimonios, demuestran que nunca es tarde para dar el “sí” y apostar al amor. Según los datos aportados por el Registro Civil porteño, el número de uniones civiles se triplicó en los últimos siete años entre personas mayores de 65 años.
Dentro de una tendencia anual que ha ido en aumento, salvo durante los años que rodearon a la pandemia, cada vez más personas mayores de 65 años han optado por formalizar sus relaciones. De 2016 a 2023, las uniones civiles a partir de esa edad se incrementaron de 124 a 364. Este tipo de ceremonias incluso se realizan en edades más avanzadas, por ejemplo en los últimos 8 años se unieron más de 150 parejas que superan los 85 años.
“Las parejas que desean unirse en matrimonio o a través de una unión civil pueden solicitar turno desde la web de manera sencilla y rápida; descentralizamos la celebración de matrimonios en 14 sedes, mientras que las uniones civiles ya se pueden realizar en 9 sedes”, destacó César Torres, secretario de Gobierno y Vínculo Ciudadano.
Formalizar una relación de pareja en esta etapa de la vida ofrece beneficios para los contrayentes. En el caso de la unión civil, sirve para registrar el vínculo de dos personas que conviven con fines probatorios y les otorga, en un tratamiento similar al de los cónyuges, el derecho de incorporar a la pareja en la obra social, recibir una pensión, solicitar créditos bancarios de manera conjunta u obtener licencias en caso de enfermedad del concubino.
Personal de la Dirección General del Registro Civil de la Ciudad encargado de oficiar estos enlaces en las sedes comunales da cuenta de que las uniones a edades avanzadas muestran un cambio en la percepción del matrimonio y las relaciones en esta etapa de la vida. Para muchos, la decisión de casarse en la tercera edad reafirma el vínculo y representa una apuesta al amor y la compañía, desafiando la idea instalada en otros tiempos en relación a la concepción de las relaciones y el matrimonio.