opinión · cultura
La semana pasada en Nueva York se vendieron obras por más de u$s 100 millones. Fue durante las subastas de Old Masters, artistas activos antes del año 1800, y de los cuales ya dimos cuentas en notas anteriores. Antón Van Dyck logró los mejores precios.
Por un retrato del tamaño de una taza de te se pagaron u$s 1,5 millones, aunque carecía de color y estaba pintado en grisaille. Por un abocetado estudio de dos cabezas de viejos de 45x67cm, se pagaron u$s 7,25 millones.
La tercer obra del flamenco que nació en Amberes, pero murió en Londres donde era el retratista mas cotizado, era un tema religioso que en épocas poco cristianas suelen pagarse menos. Se trata de una ‘Sagrada Familia’ que hace 30 meses se vendió en u$s 1,65 millones y ahora se pagó u$s 2 millones.
Mi obra preferida era el Júpiter y Antílope del genial Hendrick Goltiuz. Se vendió en u$s 6,8 millones. El Zurbaran de Santa Dorotea duplicó lo que había pagado Wendell Cherry hace 12 años. Se vendió en u$s 4,2 millones.
Muy bien también se vendieron las dos pequeñas vistas de Venecia de Canaletto que eran de Mr.Gordon Getty, quien hace 22 años las había pagado mucho menos que los u$s 3,9 millones en los cuales se vendió ahora.
Así, Christie’s vendió u$s 39,5 millones y Sotheby’s u$s 61,6 millones en las tarimas de Manhattan.Tomamos un avión y nos vamos a Londres a ver qué pasó con los impresionistas y artistas modernos que comprenden desde 1874 hasta 1945 y de los cuales también ya escribimos.
Christie’s vendió por u$s 152 millones y Sotheby’s por u$s 261,4 millones.
En Christie’s se pagó u$s 4,9 millones por un típico Renoir; un pastel de Odilon Redon costó u$s 3,2 millones; un Kirchner sin reservas, u$s 4,6 millones; un Picasso (un triste y lánguido retrato de su mujer Jacqueline), u$s 13 millones. Y la Gitana de Van Dongen fue récord al venderse en u$s 11,3 millones. También se vendieron u$s 17 millones en obras surrealistas con Magritte a la cabeza. De los 48 lotes en venta sólo no encontraron compradores 6 de ellos.
En Sotheby’s por 32 lotes se pagaron u$s 236 millones, un promedio de u$s 7 millones nunca visto en la historia. Sólo 7 no tuvieron comprador.La obra El hombre que camina, del suizo Giacometti se convirtió en la más cara de la historia. Se pagó u$s 104 millones y hay 10 bronces y cerca de 30 yesos de la misma, con lo cual debe ser la mayor creación de valor agregado de la historia. En sí, vale u$s 2000 millones, a razón de u$s 104 millones por bronce y u$s 30 millones por yeso. Se especula entre dos rusos para saber quién lo compró. Uno es el dueño del Chelsea y el otro, un petrolero de Georgia.
En tanto, El Bodegón, de Paul Cezanne, se vendió en menos de lo esperado, u$s 19 millones.Un pequeño carbón de Georges Seurat se pagó u$s 3 millones. Un Kirchner se vendió en u$s 4,7 millones. Por el Henri Matisse que nadie compró en la década del 30 en Buenos Aires, se pagaron u$s 7 millones.
El paisaje italiano de Klimt costó u$s 43,3 millones; un audaz y erótico Shiele se pagó u$s 7,8 millones. Un René Magritte, u$s 6 millones, y una escultura de Henri Moore, u$s 5,8 millones.
Con estos precios, ya nadie discute que la mejor inversión de la historia es una obra de arte. Incluso Paul Getty, que ganó millones con el petróleo, sostenía que más había ganado con el arte. El volumen del mercado se duplicó entre el 2002 y el 2006 y sólo en subastas fue de u$s 65.000 millones, 10 veces más que el Fondo del Bicentenario. El cuadro más caro lo compró el mexicano David Martínez en u$s 140 millones. Es un típico abstracto de Jackson Pollock. Le sigue un Klimt que pagó u$s 135 millones Ronald Lauder. En el 2004 se vendió un Picasso en u$s 104 millones y todos recordamos las compras del japonés Saito en 1990 de un Van Gogh y un Renoir por u$s 160 millones.
Por Ignacio Gutiérrez Zaldivar
Publicado en el Diario El Cronista el 10.02.2010
Foto: Kirche in cassone de Gustav Klimt
Foto: Kirche in cassone de Gustav Klimt